ESA ESTRELLA...


Esa estrella, la roja, de tal modo escintila
Que quisiera sentirla palpitar en mi pecho...
Silenciosa me quedo en la noche tranquila,
Encogida de miedo, bajo el fúlgido techo.


Cómo es roja y pequeña!... Se me antoja una guinda
Madurada y sabrosa... Quisiera poseerla,
Redondearla en mis dedos, conocer lo que brinda,
Paladearla en mi boca, con mis dientes morderla.


Oh la fruta divina que crear a Dios plugo...
¿Qué sabor delicioso no tendría su jugo!...
¿Qué perfume selecto no tendría su pulpa!...


Pobre boca la mía, codiciosa del cielo,
Pobre boca imprudente que no logra consuelo,
Pobre boca sedienta, castigada sin culpa!