Enciclopedia Chilena/Folclore/Cantor, El

Para ver el documento original completo, haga clic en la imagen.

Cantor, El
Artículo de la Enciclopedia Chilena

Este artículo es parte de la Enciclopedia Chilena, un proyecto realizado por la Biblioteca del Congreso Nacional de Chile entre 1948 y 1971.
Código identificatorio: ECH-519/81
Título: Cantor, El
Categoría: Folclore


Cantor, El.

Folk.

Aficionado o profesional del canto folklórico, categorías muchas veces compartidas por una misma persona, según las circunstancias en que deba actuar. Así encontramos que el cantor cuando se desempeña en velorios de angelito, en celebraciones de novena, en fiestas de santos patronos o de la Cruz de Mayo, vale decir en hechos sociales de función ceremonial, lo hace, normalmente, en forma gratuita, y muchas veces sintiéndose honrado con su intervención, dándose por satisfecho, desde el punto de vista material, con las comidas y bebidas que le sirven en su condición de personaje importante, de acuerdo con la misión que cumple, por muy precaria que sea su estado socioeconómico o educacional. Opérase, de este modo, en él - como asimismo en la cantora - una transformación momentánea, en virtud de su incorporación a una comunidad folklórica, que lo considera uno de los protagonistas entre sus miembros, de acuerdo con una apreciación psicológica del significado que tiene su presencia, absolutamente necesaria en algunas ocasiones, según las normas rituales.

Este mismo cantor puede participar en actos festivos, solo o con otros compañeros, por lo común no más de dos, oportunidades en que es mucho más frecuente que obtenga una remuneración, como sucede en fiestas de casamiento, de Dieciocho y reuniones domingueras, si bien para esta clase de hechos sociales su asistencia es reemplazada, cada ves más a menudo por músicos netamente profesionales, que cuentan con uno o más cantores o cantoras, del mismo nivel, pertenecientes a su conjunto.

Este tipo folklórico cuando canta solo, salvo contadísimas excepciones, se acompaña instrumentalmente, de modo que también se comporta como tocador y en la vasta zona que va desde Coquimbo hasta Chiloé, ambas provincias inclusive, adquiere el título de pueta cuando se constituye en el intérprete de sus propias composiciones, situándose en un grado prominente, como lo asevera el gran Honorio Quila Ballesteros, Melipilla; "Yo no soy cantor, soy pueta, que tengo mucha memoria...". Pero, en dúos o tríos lo usual es que no todos sean instrumentistas propiamente tales, ya que uno de los componentes debe percutir la tapa armónica de la guitarra o del arpa, aunque este segundo cordófono se halla en lamentable decadencia nacional, y, por lo tanto, aparece cada vez menos independiente o en unión con el primero; el cual es el instrumento por excelencia del cantor o de la cantora sin olvidar la expansión paulatina del acordeón y la diversidad organográfica de la provincias de Tarapacá y Antofagasta, en que campean, además de los ya citados, el violín, el charango, la bandola, complementados por la cuena y el bombo, este último asimismo notable en Chiloé, donde los cantores cuentan todavía con el arcaico rabel.

Las sucesivas apropiaciones conseguidas por él en un repertorio poético-musical e instrumental otrora distintivamente femenino, y la conservación del suyo, con predominio épico-narrativo, lo R. y Dannemann, M. "Los problemas de la investigación del folklore musical chileno". Revista Musical Chilena. Santiago mayo-junio de 1960, Año XIV, N°71.


Instituto de Investigaciones Musicales. "Antología del folklore musical chileno", 1° y 2° fascículo. Santiago, 1960-1961.