En la altura los cuervos graznaban
En la altura los cuervos graznaban,
Los deudos gemían en torno del muerto,
Y las ondas airadas mezclaban
Sus bramidos al triste concierto.
Algo había de irónico y rudo
En los ecos de tal sinfonía,
Algo negro, fantástico y mudo
Que del alma las cuerdas hería.
Bien pronto cesaron los fúnebres cantos;
Esparcióse la turba curiosa;
Acabaron gemidos y llantos
Y dejaron al muerto en su fosa.
Tan sólo a lo lejos, rasgando la bruma,
Del negro estandarte las orlas flotaron,
Como flota en el aire la pluma
Que al ave nocturna los vientos robaron.