En el blanco cementerio

​En el blanco cementerio​ de Arturo Borja

Para Carmen Rosa

En el blanco cementerio
fue la cita. Tú viniste
toda dulzura y misterio,
delicadamente triste…

Tu voz fina y temblorosa
se deshojó en el ambiente
como si fuera una rosa
que se muere lentamente…

Íbamos por la avenida
llena de cruces y flores
como sombras de ultravida
que renuevan sus amores.

Tus labios revoloteaban
como una mariposa,
y sus llamas inquietaban
mi delectación morosa.

Yo estaba loco, tú loca,
y sangraron de pasión
mi corazón y tu boca
roja, como un corazón.

La tarde iba ya cayendo;
tuviste miedo y llorando
yo te dije:– Estoy muriendo
porque tú me estás matando.

En el blanco cementerio
fue la cita. Tú te fuiste
dejándome en el misterio
como nadie, solo y triste.