En Puntarenas


Aroma suave da la reseda
y el mar sus tumbos rima en la playa
donde la espuma vibrando queda
como heliotropo que se desmaya.

Un marinero fuma cachimba
viendo dos barcos en lontananza;
allá las notas de una marimba
se unen rimando costeña danza.

Una morena de ojos quemantes,
de curvaturas hechas pecado,
ha vuelto locos dos navegantes
que van tras ella para el mercado.

Se ven dos bongos en el Estero
dando tirones a las amarras,
y junta notas el marimbero
acompañado de dos guitarras.