El zopilote
El zopilote
Señor de los poblados, cuando subes
describiendo espirales con el vuelo
semejas una cruz bajo del cielo
santiguando la frente de las nubes.
En tus éxodos nada te detiene,
de carroñas preparas tus festines
y vas, de la ciudad, a los confines
como un celoso policial de higiene.
Del tejado te posas en la cumbre
y abres al Sol tus abanicos negros
en las mañanas de dorada lumbre.
Enamoras a la hembra con ternura,
el cadáver del can te infunde alegros
y visitas los astros en la altura.