Elementos de economía política: 01
Advertencia del traductor
editarHe procurado en esta traducción acomodar lo mejor que me ha sido posible a nuestro lenguaje usual los términos técninos de la ciencia, apartándome alguna vez de las locuciones tomadas del francés, demasiado servilmente, en mi concepto, por nuestros economistas modernos. El lenguaje técnico de la Economía política se ha formado en Inglaterra y en Francia, es cierto, y de esta última le hemos tomado nosotros; pero no me parece esto razón bastante para que al trasladar las voces a nuestra lengua las dejemos en francés teniendo voces castellanas, corrientes y expresivas, con que traducirlas exactamente. Por más admitido que esté decir «la oferta y la demanda» (l'offre et la demande), creo muy preferible decir, como digo yo, «la oferta y el pedido», Porque demanda en castellano no significa lo que aquí se quiere expresar. Ninguno de nuestros comerciantes ha dicho jamás: «Voy a hacer una demanda de lienzos a la Coruña, de harinas a Santander», etc., sino: «Voy a hacer un pedido de lienzos», etc. Hacer un pedido es locución corriente; la voz demanda no es aplicable a esa idea en ninguna de sus numerosas acepciones. Lo mismo diré de la excesiva extensión que se ha dado a la voz salario (salaire), porque en francés la tiene efectivamente: entre nosotros, en el lenguaje usual, sólo reciben salario los criados de servicio; para los demás estados y profesiones tenemos distintos términos, y sobre todo el genérico y muy significativo de retribución, propuesto por M. Rossi. Llamar concurrencia en comercio y en industria a lo que los franceses llaman concurrence, en la acepción de pugna entre dos o más productores, es olvidarse de que tenemos el hermoso y expresivo vocablo de competencia, que es el competition de los ingleses.
Basta con lo dicho: el lector advertirá en esta obrita algunas otras ligeras innovaciones que me he atrevido a adaptar en nuestro naciente lenguaje económico. La claridad en los términos es el primer elemento de la claridad en las ideas, y una condición esencial para que éstas lleguen a popularizarse.