Electra: 52
Escena IX
editarPANTOJA; DON URBANO, el MARQUÉS por la casa, presurosos. Tras ellos BALBINA y PATROS.
DON URBANO.- ¿Qué ocurre?
MARQUÉS.- Oímos gritar a Electra.
BALBINA.- Y salió corriendo por el jardín.
PATROS.- Por aquí. (Alarmadas las dos, corren y se internan en el jardín.)
MARQUÉS.- (Mirando por entre la espesura.) Allá va... Corre... continúa gritando... ¡Oh, niña de mi alma! (Corre al jardín.)
DON URBANO.- ¿Qué es esto?
PANTOJA.- Ya os lo explicaré... Aguarde usted. Dispongamos ahora...
DON URBANO.- ¿Qué?
PANTOJA.- (Tratando de ordenar sus ideas.) Deje usted que lo piense... Será preciso traerla a casa... Vaya usted...
DON URBANO.- (Mirando hacia el jardín.) Llega Máximo...
PANTOJA.- (Contrariado.) ¡Oh, qué inoportunamente!
DON URBANO.- Los niños corren hacia él... Parece que le informan... Electra se dirige a la gruta. Máximo va hacia la niña... Electra huye de él... Hablan el Marqués y mi sobrino acaloradamente.
PANTOJA.- Vaya usted... Cuide de que Máximo no intervenga...
DON URBANO.- Voy. (Se interna en el jardín.)
PANTOJA.- Temo alguna contrariedad. Si yo pudiera... (Queriendo ir y sin atreverse.)
BALBINA.- (Volviendo presurosa del jardín.) ¡Pobre niña...! Clamando por su madre... Se ha sentado en la boca de la gruta, rodeada de los niños... y no hay quien la mueva de allí...
PANTOJA.- ¿Y Máximo?
BALBINA.- Lleno de confusión, como todos nosotros, que no entendemos... Voy a dar parte a la señora...
PANTOJA.- No, no. ¿Han venido la Superiora y las Hermanas?
BALBINA.- Ahí están.
PANTOJA.- No diga usted nada a la señora. Entre en la casa y espera mis órdenes.
BALBINA.- Bien, señor.
PANTOJA.- (Indeciso y como asustado.) Por primera vez en mi vida no acierto a tomar una resolución. Irá allá. (Al fondo del jardín.) No... ¿Esperaré? Tampoco. (Resolviéndose.) Voy. (A los pocos pasos le detiene MÁXIMO, que muy agitado y colérico viene del jardín.)