El puente sin pretiles

Nota: En esta transcripción se ha respetado la ortografía original.


El puente sin pretiles.

Un gobernador llegó á la capital de su provincia, y al segundo dia salió á paseo con varias personas, y entre ellas el alcalde; pasaron por un puente que no tenia pretiles, con lo que el gobernador se inmutó sobre manera, y dirigiéndose al alcalde, y echándola de autoridad, le dijo.

— Mucho estraño, señor alcalde, encontrar este puente sin pretiles, haciéndose peligroso á las bestias que por aquí pasen.

El alcalde contestó :

— Perdóneme V. S., pues yo ignoraba que dirigiese hoy el paseo por aquí; pero le juro que cuando vuelva á pasar, puede venir descuidado, porque ya estarán puestos los pretiles.