El portero alarmado
El portero alarmado.
Entre un amigo nuestro y el portejo del señor N. , se entabló ayer el diálogo siguiente:
— ¿Está en casa el señor N.?
— Sí, señor pero....
— ¡Ab! ¿está ocupado?
— No, señor pero
— ¿Conque no está visible?
— Sí, señor pero mire V. , el señor tiene trazas de morirse.
— ¡Dios mió!
— Sí; todo eso pasa en este momento.