El pasado: 07
Escena II
editar- Dichos y JOSÉ ANTONIO.
José Antonio. -Buenas tardes. (Besa a MAMECA en la frente.) ¿Como está abuelita?
Mameca. -Te esperaba hijo.
José Antonio. -No pude venir. Un negocio. (A SILVIA.) ¿Y tú?
Silvia. -Bien, como siempre.
Mameca. -¿No has estado enfermo?
José Antonio. -No señora.
Mameca. -Gracias a Dios. ¿Y tus nenes? ¿Y tu señora?
José Antonio. -Buenas, muy buenas. Con ganas de verla.
Mameca. -¡Pobrecitos! Criaturas cariñosas. Me tienen tan regalona que cuando no vienen a buscarme lo paso de mal humor.
José Antonio. -¿Sabe que Pilulo está muy enojado?
Mameca. -¿Conmigo?
José Antonio. -Sí, señora; por su regalo, Dice que hubiera preferido pasteles.
Mameca. -¡Sí, muy bonito! ¡Herejes!...
Silvia. -¿Qué era?
José Antonio. -Unas estampas de San Luis Gonzaga.
Silvia. -(Ríe.) Ja, ja, ja.
Mameca. -Sí ríanse de la gracia. Lo único que te reprocharé toda la vida es que eduques a esas criaturas como unos judíos sin religión, ni nada.
Silvia. -Los judíos tienen religión.
Mameca. -Qué sabes tú mocosa. No tienen; no creen en Dios.
Silvia. -Le digo que sí.
Mameca. -¡Cállase la boca, atrevida! (Murmurando.) Los inocentes, sin moral, sin saber rezar ni el bendito...
José Antonio. -Tú siempre contradiciéndola.
Silvia. -Ya lo ves. Si no lo hago, extraña, imaginándose quién sabe qué cosas.
Mameca. -¿Qué estás hablando pizpireta? (A JOSÉ ANTONIO.) ¿Es de mí?
Silvia. -Empezaba a contarle lo que me dijo usted de los maridos.
Mameca. -Son invenciones. No lo creas José Antonio. ¿Y me llevas contigo?
José Antonio. -Sí señora.
Mameca. -Bueno hijita; acompáñame a mi cuarto, con eso me arreglo un poco.
Silvia. -Venga usted, señora presumida, a emperifollarse.
Mameca. -¿Qué?
Silvia. -(Dándole el brazo y encaminándose hacia la puerta derecha.) Digo, que el día menos pensado no la vemos más.
Mameca. -Sí; cuando me muera.
Silvia. -No; cuando haga una conquista.
Mameca. -Burlate, burlate. Ya vendrán otros a vengarme.
Silvia. -¿Mis nietos? ¿Mis nietos?
Mameca. -Pero ¿han visto el atrevimiento? Una niña no habla de esas cosas.
Silvia. -Usted lo ha dicho. Y bien claro. (Remedando.) Ya vendrán tus nietos a vengarme.
Mameca. -¡No seas descarada muchacha! ¡No seas descarada! Qué manera de mentir.
Silvia. -¡Sí, señora; lo ha dicho y lo ha dicho! (Hacen mutis discutiendo.)