El monasterio de Argeş
Bajando por el río Argeş,
Por una orilla hermosa,
Negru-Vodă pasa
Con diez compañeros :
Nueve maestros grandes,
Oficiales y albañiles,
Además Manole, que a todos supera.
Van todos en su camino
Para elegir en un valle
Lugar para un monasterio,
Lugar de conmemoración.
Y así andando
Se van encontrando
Con un pastor humilde
Cantando una doină ;
Como lo veía
El dueño decía :
- Gallardo pastor
Con flauta maestra,
Caminaste por el río Arges
Con tu rebaño de ovejas.
¿Es posible que hayas visto,
Por donde has pasado,
Un muro abandonado,
Lejos de ser terminado,
En un lugar con vigas,
Y con verde avellanar ?
- Sí, señor, he visto,
Por donde he pasado,
Un muro abandonado
Lejos de ser terminado.
Los perros, como lo ven,
Hacia él corren
Y ladran a vacío
Y gritan a muerte.
Después de oírlo,
Negru-Vodă rió,
Y pronto caminó
Hacia el muro encantado,
Con nueve albañiles,
Nueve grandes maestros
Y el décimo Manole,
Que a todos supera.
- ¡ Éste es mi muro !
Aquí elijo yo
Lugar de monasterio
Y de conmemoración.
Así que vosotros, grandes maestros,
Oficiales y albañiles,
Pronto os ponéis,
Pronto empezaréis,
El trabajo duro,
Para alzar, para levantar,
Un monasterio alto,
Como nunca se vio,
Y yo os daré riquezas,
Os haré nobles
Y si no lo conseguís,
Yo os emparedaré a vosotros mismos,
Os emparedaré vivos,
¡ En el mismo fundamento !
Los maestros se apresuraban,
Ponían escaleras,
Tomaban medidas,
Cavaban anchos fosos,
Y trabajaban sin pausa,
Levantaban el muro,
¡ Pero su trabajo del día
Por la noche se derrumbaba !
El segundo día lo mismo,
El tercero y el cuarto,
¡ Trabajo en vano !
El dueño no entendía,
Les amonestaba,
Luego amenazaba,
¡ Que entrarán vivos
En el mismo fundamento !
Los grandes maestros,
Oficiales y albañiles
Trabajaban temblando,
Temblaban trabajando,
Día largo de verano,
Día largo hasta atardecer;
Y Manole se quedó,
Dejó el trabajo
Se puso a soñar
Y tuvo un sueño;
Al despertarse,
Llamó a sus compañeros
Y les habló así :
Nueve maestros grandes,
Oficiales y albañiles,
¿ Sabéis que he soñado ?
Un murmullo desde arriba
De verdad me dijo,
Que cualquier cosa que trabajemos
Por la noche será destruido,
Hasta que decidamos
Sepultar a la primera mujer,
Nuestra hermana o nuestra esposa,
Que venga mañana al amanecer,
Trayendo comida
A su hermano o marido.
Así que si queréis terminar
El santo monasterio,
Lugar de conmemoración,
Tenemos que jurar,
Todos a guardar
El terrible secreto
Y sacrificar mañana
A cualquier mujer,
Esposa o hermana,
¡ Que venga primera !
En el amanecer
Manole se despertó,
Luego se subió
Sobre el andamio
Y miraba hacia el campo,
Cuando, ¡ ay ! ¿ Qué vio ?
¿ Quién era la que venía ?
¡ Era su mujer, como una flor del campo !
Ella se acercaba y le traía
Almuerzo y vino.
Cuando él la vio,
Su corazón saltó,
En un instante cayó
Sobre sus rodillas,
Y llorando dijo :
"Por favor, Señor, trae sobre el mundo
Lluvia con torrentes,
Que caigan los chorros,
Que crezcan las aguas,
Para que se pare
Mi mujer en el valle,
¡ Para hacerla regresar !"
El Señor sintió lástima,
Escuchó su rezo,
Las nubes se reunían,
El cielo se oscurecía.
Y fluía de repente
Lluvia espumajeada,
Que hacía arroyos
E hinchaba los chorros.
Pero a pesar de la lluvia,
La mujer no se paraba,
Cada vez más se acercaba.
Manole la veía,
Su corazón lloraba,
Otra vez rezaba :
"Sopla, Señor, un viento,
Para vaciar los abetos,
Doblegar los platanos,
Derribar las montañas,
Para hacer que mi mujer regrese,
¡ Para llevarla lejos de aquí !"
El Señor sintió pena,
Escuchó su rezo,
Hizo soplar un viento,
Viento sobre la tierra,
Plátanos doblegaba,
Abetos vaciaba,
Montañas derribaba,
¡ Mas a Ana no le pasaba nada !
Ella caminaba, aunque vacilaba, y se acercaba,
¡ Los demás maestros mucho se alegraban !
Manole rabiaba,
A su mujer besaba, la abrazaba
Sobre andamios la subía
En el muro la ponía
Y como en broma, decía :
- Espera aquí, hermosa, no te asustes,
Queremos hacer un juego : ¡ vamos a sepultarte !
Ana lo creía, alegre reía.
Manole suspiraba,
Y empezaba a construir el muro,
A realizar el sueño.
El muro se levantaba
Y llegaba hacia el tobillo,
Hacia los muslos.
Y ella, la pobre,
Paraba de reír, empezaba a decir :
¡ Manole, Manole, maestro Manole !
Basta con la burla, porque es muy mala,
¡ El muro me encoge y rompe mi cuerpo !
Manole se callaba, siempre construía
El muro se levantaba, el muro llegaba
Hacia el tobillo, hacia el muslo, hacia las costillas,
Y hacia el pecho.
Ella lloraba y siempre decía :
¡ Manole, Manole, maestro Manole !
¡ El muro me encoge, hace mi pecho llorar, y rompe mi niño !
Manole rabiaba, pero siempre trabajaba.
El muro llegaba hacia las costillas, hacia los labios, hacia los ojitos,
Hasta que Ana ya no se veía, solo se oía :
¡ Manole, Manole, maestro Manole !
¡ El muro me encoge, mi vida se apaga !
Bajando por el rio Argeş,
Por una orilla hermosa,
Viene Negru-Vodă a rezar
Frente a ese monasterio,
Grandiosa obra,
Monasterio alto,
Como no se había visto nunca.
El dueño miraba
Y se alegraba, así hablaba :
-Vosotros, grandes maestros,
Decidme honestamente,
Con la mano en el pecho,
Si tenéis la sabiduría
Para construirme otro monasterio,
Para conmemoración,
Mucho más hermoso,
Y más luminoso ?
Y esos grandes maestros,
Oficiales y albañiles,
Sentados sobre las vigas,
Arriba, sobre el techo,
Alegres respondían,
Con orgullo decían :
- ¡ Como nosotros, grandes maestros,
Oficiales y albañiles,
No hay semejantes,
En todo el mundo !
Nosotros, gran dueño,
Podemos en cualquier día
Construir otro monasterio, para conmemoración
Mucho más hermoso,
¡ Y más luminoso !
El dueño escuchó
Empezó a pensar,
Y después mandó
A destruir los andamios,
A quitar las escaleras,
Y a los diez maestros
Dejar morir sobre las vigas, sobre el techo.
Los maestros, viendo esto,
Empezaron a pensar,
Empezaron a construir
Alas para volar desde chillas ligeras.
Después las extendían
Saltaban en el aire
Pero inmediatamente caían,
Sus cuerpos se rompían.
El pobre Manole,
Maestro Manole,
Cuando empezaba
A saltar también,
Oyó desde el muro
Voz asfixiada,
Una voz amada
Que siempre gemía,
Siempre le decía :
- ¡ Manole, Manole, maestro Manole !
El muro me encoge,
Hace mi pecho llorar,
Rompe mi niño,
¡ Y apaga mi vida !
Como la oia,
Manole estaba perdido,
Nieblas cubrían sus ojos,
El mundo se trastornaba,
Las nubes daban vueltas,
Y desde las vigas, desde el techo,
¡ El pobre Manole ha caído muerto !
Y donde cayó, ahí que se hizo ?
Se hizo un pozo recto,
Con poca agua, agua salada,
¡ Un pozo de lágrimas !