El médico a palos/Acto III/Escena I
Pues señor, ya está visto. Esto de escabullirse, es negocio desesperado..... ¡El maldito, con achaque de la compostura del cuarto, no se mueve de alli!.... ¡Ay, pobre Bartolo!.... (Paseándose inquieto por el teatro.) Vamos, pecho al agua, y suceda lo que Dios quiera.
(Sale por la izguierda.)
No ha habido forma de poderla reducir á que se acueste. Ya la estan preparando la sopa en vino que usted mandó. Veremos lo que resulta.
Usted, amigo Don Bartolo, estará en mi casa obsequiado y servido como un príncipe; y entretanto, quiero que tenga usted la bondad de recibir estos escuditos.
(Saca la bolsa y torna de ella algunos escuditos.)
No se hable de eso.
Hágame usted este favor.
No hay que tratar de la materia.
Vamos, que es preciso.
Yo no lo hago por el dinero.
Lo creo muy bien, pero sin embargo.....
Sí señor.
Vaya, una vez que son de los nuevos los tomaré. (Los toma y se los guarda.)
Ahora bien, quede usted con Dios, que voy á ver si hay novedad, y volveré..... Me tiene con tal inquietud esta chica, que no sé parar en ninguna parte.