El libro talonario: 02


Escena II

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MARÍA Y JUAN.


JUAN. Acaba de llegar...

MARÍA. ¿Quién?
(Precipitadamente.)
 
 ¿El señor? Que entre al momento;
 he de verle y he de hablarle.

JUAN. (Con calma.)
 Sí, señora.

MARÍA. ¡Pronto!

JUAN. Pero
 si no es, el señor don Carlos,
 si es otro. Como soy nuevo
 en la casa, me confundo
 con tantos nombres; yo creo
 que es el amigo del amo;
 aquel gentil caballero
 que viene todos los días
 dos o tres veces lo menos.
 Es don Luis...

MARÍA. ¡Don Luis Mendoza!

JUAN. Cabal.

MARÍA. (Hablando consigo misma.)
 ¡A estas horas!
 
JUAN. Eso
 dije yo, que no sabía
 si la señora.... Mas luego
 él insistió; que era cosa
 de importancia, con misterio,
 me repitió varias veces.

MARÍA. (Aparte.)
 
 Y bien, ¿qué importa? No puedo
 la impaciencia que me abrasa
 dominar más largo tiempo.
(En voz alta.)
 
 Que entre don Luis.

JUAN. Bien, señora.

MARÍA. Y que espere aquí.

JUAN. Al momento.
(Sale JUAN.)

MARÍA. Cuando él viene trae la prueba,
 y esa prueba yo la quiero.
 Borraré de mis mejillas
 el llanto que en ellas siento;
 a mis apagados ojos
 daré de la fiebre el fuego;
 fingirán dulces sonrisas
 mis labios de dolor trémulos,
 y del cariño de Luis
 me serviré en mis proyectos.
 ¡Ay, que Dios por la intención
 perdone tan ruines medios!
(Sale, por la segunda puerta de la derecha, y en el mismo instante entra JUAN por la puerta de la izquierda.)