El labrador
Cual si pluguiese al Diablo -vaya un decir- engorda el granero vecino con la triple cosecha... Y aunque él jura y zuequea, esta arcilla maltrecha sigue siendo madrastra o que realmente es sorda... Mas con todo: ¡«Aires rubios!» -tesonero barbecha-, y bien que el medro esquivo no es una vaca gorda, a Dios gracias la era patrimonial desborda... cuanto para ir capeando la estación contrahecha. Y mientras el probable rendimiento calcula, con un pan de la víspera entretiene su gula... Sabe un gusto a consorte en la masa harto linda, por lo cual en domésticas bendiciones se arroba... Y con ojos de humilde Lázaro, el terranova atisba las migajas que a intervalos le brinda.