Nota: En esta transcripción se ha respetado la ortografía original.


El hijo fraile.

Teniendo un pobre hombre un hijo de buen ingenio, y muy dado á los estudios, vendió una pequeña posesión que le habia quedado, para que con aquel dinero pudiese el hijo estudiar entonces y mantenerlo después en su vejez con algún alivio; pero el hijo, cuando el padre habia de sacar algún producto de sus fatigas, se metió fraile.

El padre llorando, le preguntaba:

— ¿Por qué, me has abandonado, hijo mió?

— Por vivir en pobreza, padre.

— ¡Oh, qué loco eres! esclamó el padre. ¿Podias vivir en mayor pobreza que estándote conmigo, cuando nada me ha quedado?