El efecto de las barrajas
Un conde daba á sus criados de comer con mas econoinia de la conveniente al estómago de los jóvenes. Habia leidoen un libro de medicina que las borrajas alegraban el espíritu y alimentaban el cuerpo, y con el santo propósito de conseguir tan buen resultado, durante tres ó cuatro meses no les dio otra cosa para cenar.
— Comedias con placer, les decia, hijos mios, porque es una ensalada que alegra los corazones, y vosotros mismos poco á poco os convencereis de esta verdad y me daréis la razón.
— Efectivamente, el conde fué profeta, porque una noche en que su señoría estaba próximo á desesperarse atormentado por horribles dolores de gota, de repente se abrió la puerta del salón y se lanzó en él toda la caterva de criados y criadas armados de sartenes, cazos y almireces saltando y bailando al compás de aquellos descompasados instrumentos.
— ¡Qué queréis de mí, miserables! gritó el conde con voz de trueno.
— Señor, no se alarme V. S., dijo uno dé los cria dos, esto no es mas que el efecto producido por las borrajas. Lo que V. S. dijo es cierto; la alegría que infunden en los corazones es tal, que contra toda nuestra voluntad nos obliga á saltar y á cantar.
— Mayordomo, dijo el conde, desde hoy que les den carne para cenar, no sea que la alegría los mate.