El dolor acomodaticio

Nota: En esta transcripción se ha respetado la ortografía original.


El dolor acomodaticio.

En un profundo sueño sumergido
Cierto gascón estaba tan dormido.
Que fué preciso para despertarlo
Mas de cuarenta veces menearlo;
Y cuando ya por ñn se hubo logrado
Que el dormilón hubiese despertado
Alguno, que seria su pariente.
Le dijo que su padre, de repente
De espirar acababa en el momento:
Y él respondió: — ¡Jesús, qué sentimiento!
¡Qué pesadumbre que me está aguardando

Mañana, si Dios quiere, en despertando!

Al pronunciar estas palabras tiernas
Bostezó un poco y estiró las piernas;
Y después de estirado y bostezado,
Cuentan que se volvió del otro lado.