El curioso por su mal
El curioso por su mal.
Iba el pobre Marcelino
Por vino con dos botellas.
Que estaba barato el vino,
Y como eran grandes ellas
Rompió la una en el camino.
Y era su amo un baladí.
Que armó una marimorena;
— ¿Cómo la rompiste? di.
— ¿Cómo he de romperla? asi:
Y arrojó al suelo la buena.