La perfección de la imperfección

Nota: En esta transcripción se ha respetado la ortografía original.


La perfección de la imperfección.

Un predicador decia en el pulpito que todo cuanto Dios ha hecho es perfecto en su clase y para su fin.

— Eso á tu tia, decia entre sí un jorobado: tú diras cuanto quieras; pero eso no me lo harás creer,

Esperó al predicador á la puerta de la iglesia, y le dijo:

— Según la doctrina de V., padre mió, Dios ha hecho todas las cosas perfectas; pues bien, mire V. mi joroba: ¿se atreverá V. á decirlo ahora?

— Hijo mio, le respondió; tú eres una prueba de todo cuanto he dicho, porque en la clase de jorobados no puede Dios hacer cosa mas perfecta.