El ciego y la luz
El ciego y la luz.
Iba de noche un ciego por la plaza con una luz y un cántaro de vino.
— Vaya una ocurrencia, le dijo un amigo; ¿para qué quieres la luz si nada vés?
— La quiero para que los locos como tú no tropiecen con mi cántaro y me lo hagan pedazos.