El carro de paja y el hombre

Nota: En esta transcripción se ha respetado la ortografía original.


El carro de paja y el hombre.

Viajaba un caballero en dirección de Madrid, dando espuela á su caballo, porque era tarde, y temía llegar cuando estuviesen cerradas las puertas.

En el camino encontró un paisano que salia de la corte, y deseando saber á qué atenerse sobre este particular, le preguntó:

— Dígame V., amigo; ¿podré entrar én Madrid?

Ei interpelado se paró, examinó de arriba á abajo al caballero, que no era mal mozo, y le dijo después:

— ¡Pues no ha de entrar V., señor, si la puerta es tan grande, que entra desahogadamente por ella un carro de paja!