El canto gangoso
La madre abadesa no consideraba que el canto era bastante devoto y sentido cuando no era muy gangoso también, especialmente al terminar cada frase.
Las novicias y las monjas jóvenes se obstinaban, sin embargo, en querer lucir la voz y en no ganguear.
Cierto día que estaban en el coro, cantaron sonoramente y sin que el aire pasase por las narices:
-¡Per omnia saecula saeculorum!
Y notando la abadesa que no la obedecían, dijo gangueando y algo enojada:
-¡Niñas, un poco de narices en elculorum!
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