El caballero de Olmedo/Acto II
Acto II
Salen TELLO y DON ALONSO..
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ALONSO | Tengo el morir por mejor, Tello, que vivir sin ver. |
TELLO | Temo que se ha de saber este tu secreto amor; |
ALONSO | ¿Cómo puedo yo dejar de ver a Inés, si la adoro? |
TELLO | Guardándole más decoro en el venir y el hablar; |
ALONSO | Mi amor ni está ocioso, ni se enfría: |
TELLO | ¿No te cansa y te amohína tanto entrar, tanto partir? |
ALONSO | Pues yo ¿qué hago en venir, Tello, de Olmedo a Medina? |
TELLO | A otro mar se atreve quien al peligro camina |
ALONSO | ¡Gran necedad! |
TELLO | ...como mía, me preguntó: «Diga, hidalgo, |
ALONSO | Tello, un verdadero amor en ningún peligro advierte. |
TELLO | Sólo te falta decir: «Un poco te quiero, Inés». |
ALONSO | Llama, que es hora. |
TELLO | Yo voy. |
ANA | ¿Quién es? |
TELLO | ¡Tan presto! Yo soy. ¿Está en casa Melibea? |
ANA | Aguarda un poco, Sempronio. |
TELLO | ¿Si haré falso testimonio? |
Sale DOÑA INÉS. | |
INÉS | ¿El mismo? |
ANA | Señora, sí. |
INÉS | ¡Señor mío...! |
ALONSO | Bella Inés, esto es venir a vivir. |
TELLO | Agora no hay que decir: «Yo te lo diré después». |
INÉS | ¡Tello amigo! |
TELLO | ¡Reina mía! |
INÉS | Nunca, Alonso de mis ojos, por haberme dado enojos |
ALONSO | Aunque fuerza de obediencia te hiciese tomar estado, |
INÉS | No lo creas, porque yo diré a todo el mundo no, |
TELLO | Así dijo a un ciego un griego que le contó mil disgustos: |
INÉS | Como mariposa llego a estas horas, deseosa |
ALONSO | ¡Bien haya el coral, amén, de cuyas hojas de rosas |
TELLO | Yo le vi decir amores a los rábanos de Olmedo; |
con las piedras, con el viento. | |
ALONSO | No puede mi pensamiento ni estar solo, ni callar; |
TELLO | Pues advierte, Inés discreta, de los dos tan nuevo efeto, |
INÉS | ¿Don Alonso la compuso? |
TELLO | Que es buena jurarte puedo para poeta de Olmedo. |
ALONSO | Amor lo dispuso. |
TELLO | Andrés, después que las bellas plantas de Inés goza el valle, |
INÉS | Si es tuya, notablemente te has alargado en mentir |
ALONSO | Es decir, que mi amor en versos miente. |
INÉS | ¡Mi padre! |
ALONSO | ¿Ha de entrar? |
INÉS | Escondeos. |
ALONSO | ¿Dónde? |
Ellos se entran, y sale DON PEDRO. | |
PEDRO | Inés mía, ¿Agora por recoger? |
INÉS | Rezando, señor, he estado, por lo que dijiste ayer, |
PEDRO | Cuando para ti mi amor imposibles imagine, |
INÉS | Ansí dicen todos que es de su buena fama el nombre; |
PEDRO | ¿Cómo habiendo de casarte? |
INÉS | Señor, hasta ser forzoso decir que ya tengo esposo, |
PEDRO | ¡Esposo! ¿Qué novedad es ésta, Inés? |
INÉS | Para ti será novedad, que en mí |
PEDRO | ¿Eres tú quien habla, o quién? |
INÉS | Esto es hacer, no es hablar. |
PEDRO | Por una parte, mi pecho se enternece de escucharte, |
Vase, y salgan DON ALONSO y TELLO. |
INÉS | Pésame de haberle dado disgusto. |
ALONSO | A mí no me pesa, por el que me ha dado el ver |
INÉS | Amor en los peligros enseña |
ALONSO | Este ¿es remedio posible? |
INÉS | Como yo agora le tenga para que este don Rodrigo |
TELLO | Dice bien, señor; que en tanto que doña Inés cante y lea, |
ALONSO | ¡Libertad! ¿De qué manera? |
TELLO | Pues ha de leer latín, ¿no será fácil que pueda |
ALONSO | ¡Qué bien mi remedio piensas! |
TELLO | Y aun pienso que podrá Fabia servirte en forma de dueña, |
INÉS | Bien dices, Fabia será mi maestra |
TELLO | ¡Y qué tales serán ellas! |
ALONSO | Mi bien, yo temo que el día -que es amor dulce materia |
INÉS | Espera, que a abrir la puerta es forzoso que yo vaya. |
ALONSO | ¡Ay luz! ¡Ay aurora necia, de todo amante envidiosa! |
TELLO | Ya no aguardéis que amanezca. |
ALONSO | ¿Cómo? |
TELLO | Porque es de día. |
ALONSO | Bien dices, si a Inés me muestras. Pero ¿cómo puede ser, |
TELLO | Tú vas de espacio, él aprisa; apostaré que te quedas. |
Vanse.
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Salen DON RODRIGO y DON FERNANDO.
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RODRIGO | Muchas veces había reparado, don Fernando, en aqueste caballero, |
FERNANDO | Efetos son de amante verdadero que, en viendo otra persona de buen talle, |
RODRIGO | Bien es verdad que él tiene tanta fama, que, por más que en Medina se encubría, |
FERNANDO | ¿Por fuerza ha de quererle? |
RODRIGO | Él la enamora, y merece, Fernando, que le quiera. |
FERNANDO | Son celos, don Rodrigo, una quimera que se forma de envidia, viento y sombra, |
RODRIGO | Pues ¿cómo tantas veces a Medina viene y va don Alonso? Y ¿a qué efeto |
FERNANDO | Yo hago diferente mi conceto; que ¿cómo puede doña Inés amalle, |
RODRIGO | Porque es respuesta que tiene mayor dicha o mejor talle. |
FERNANDO | Mas porque doña Inés es tan honesta, que aun la ofendéis con nombre de marido. |
RODRIGO | Yo he de matar a quien vivir me cuesta en su desgracia, porque tanto olvido |
FERNANDO | Antes dejarla a don Alonso siento que ha sido como echársela en los ojos. |
RODRIGO | Mortal desmayo cubre mi amor de celos y de enojos. |
FERNANDO | Salid galán para la Cruz de Mayo, que yo saldré con vos; pues el Rey viene, |
RODRIGO | Si viene don Alonso, ya Medina ¿qué competencia con Olmedo tiene? |
FERNANDO | ¡Qué loco estáis! |
RODRIGO | Amor me desatina.
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Vanse.
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Salen DON PEDRO, DOÑA INÉS, DOÑA LEONOR.
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PEDRO | No porfíes. |
INÉS | No podrás mi propósito vencer. |
PEDRO | Hija, ¿qué quieres hacer, que tal veneno me das? |
INÉS | Señor, ¿qué importa el hábito pardo, |
LEONOR | Necia estás. |
INÉS | Calla, Leonor. |
LEONOR | Por lo menos estas fiestas has de ver con galas. |
INÉS | Mira que quien por otras suspira |
PEDRO | ¿No basta que yo lo quiera? |
INÉS | Obedecerte es razón. |
Sale FABIA, con un rosario y báculo y antojos. | |
FABIA | Paz sea en aquesta casa. |
PEDRO | Y venga con vos. |
FABIA | ¿Quién es la señora doña Inés, |
PEDRO | Madre honrada, esta que veis, y yo su padre. |
FABIA | Que sea muchos años, y ella vea |
PEDRO | Y ¡cómo, madre, si lo es! |
FABIA | Sabiendo que anda a buscar quien venga a morigerar |
PEDRO | Esta es la mujer, Inés, que has menester. |
INÉS | Esta es la que he menester agora. |
FABIA | Quedito, que el silicio me hace mal. |
PEDRO | No he visto humildad igual. |
LEONOR | En el rostro trae escrito lo que tiene el corazón. |
FABIA | ¡Oh, qué gracia! ¡Oh, qué belleza! Alcance tu gentileza |
INÉS | Madre, comienzo a ser buena agora. |
FABIA | Como yo soy pecadora, estoy temiendo a tu padre. |
PEDRO | No le pienso yo estorbar tan divina vocación. |
FABIA | En vano, infernal dragón, la pensabas devorar. |
PEDRO | Un ángel es la mujer. |
Sale TELLO, de gorrón. | |
TELLO | Si con sus hijas está, yo sé que agradecerá |
PEDRO | Ya creo y tengo por cierto, viendo que todo se junta, |
TELLO | Señor, soy calahorreño. |
PEDRO | ¿Su nombre? |
TELLO | Martín Peláez. |
PEDRO | Del Cid debe de ser deudo. ¿Dónde estudió? |
TELLO | En La Coruña, y soy por ella maestro. |
PEDRO | ¿Ordenóse? |
TELLO | Sí, señor, de vísperas. |
PEDRO | Luego vengo. |
TELLO | ¿Eres Fabia? |
FABIA | ¿No lo ves? |
LEONOR | Y ¿tú Tello? |
INÉS | ¡Amigo Tello! |
LEONOR | ¿Hay mayor bellaquería? |
INÉS | ¿Qué hay de don Alonso? |
TELLO | ¿Puedo fiar de Leonor? |
INÉS | Bien puedes. |
LEONOR | Agraviara Inés mi pecho y mi amor, si me tuviera |
TELLO | Señora, para servirte, está don Alonso bueno; |
INÉS | ¿No me ha escrito? |
TELLO | Soy un necio. Esta, señora, es la carta. |
INÉS | Bésola de porte y leo. |
DON PEDRO | vuelve. |
PEDRO | Pues pon el coche, si está malo el alazán. ¿Qué es esto? |
TELLO | ¡Tu padre! Haz que lees, y yo haré que latín te enseño. |
INÉS | Dominus... |
TELLO | Diga. |
INÉS | ¿Cómo más? |
TELLO | Dominus meus. |
INÉS | Dominus meus. |
TELLO | Ansí, poco a poco irá leyendo. |
PEDRO | ¿Tan presto tomas lición? |
INÉS | Tengo notable deseo. |
PEDRO | Basta; que a decir, Inés, me envía el Ayuntamiento |
INÉS | Muy discretamente han hecho, pues viene a la fiesta el Rey. |
PEDRO | Pues sea, con un concierto: que has de verlas con Leonor. |
INÉS | Madre, dígame si puedo verlas sin pecar. |
FABIA | Pues ¿no? No escrupulices en eso, |
PEDRO | Pues vamos, que quiero dar dineros a tu maestro, |
FABIA | A todos cubra el del cielo. Y vos, Leonor, ¿no seréis |
LEONOR | Sí, madre, porque es muy justo que tome tan santo ejemplo. |
Sale el rey DON JUAN, con acompañamiento, | |
y el CONDESTABLE
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REY | No me traigáis al partir negocios que despachar. |
CONDESTABLE | Contienen sólo firmar, no has de ocuparte en oír. |
REY | Decid con mucha presteza. |
CONDESTABLE | ¿Han de entrar? |
REY | Ahora no. |
CONDESTABLE | Su Santidad concedió lo que pidió Vuestra Alteza |
REY | Que mudase le pedí el hábito, porque ansí |
CONDESTABLE | Era aquel traje muy feo. |
REY | Cruz verde pueden traer. Mucho debo agradecer |
CONDESTABLE | Éstas son dos provisiones, y entrambas notables son. |
REY | ¿Qué contienen? |
CONDESTABLE | La razón de diferencia que pones |
REY | Quiero con esto cumplir, Condestable, los deseos |
CONDESTABLE | Es un hombre docto y santo. |
REY | Resolví con él ayer que en cualquiera reino mío |
CONDESTABLE | A don Alonso, que llaman «el Caballero de Olmedo», |
REY | Es hombre de notable fama y nombre. |
CONDESTABLE | Pues pienso que determina, por servirte, ir a Medina |
REY | Decidle que fama emprenda en el arte militar, |
Vanse. |
Sale DON ALONSO.
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ALONSO | ¡Ay, riguroso estado, ausencia mi enemiga, |
Sale TELLO.
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TELLO | ¿Merezco ser bien llegado? |
ALONSO | No sé si diga que sí, que me has tenido sin mí |
TELLO | Si por tu remedio ha sido, ¿en qué me puedes culpar? |
ALONSO | ¿Quién me puede remediar, si no es a quien yo le pido? |
TELLO | Aquí te traigo cartas de Inés. |
ALONSO | Pues hablarasme después en lo que has hecho por mí. |
TELLO | ¿No lees más? |
ALONSO | No. |
TELLO | ¿Por qué? |
ALONSO | Porque manjar tan süave de una vez no se me acabe. |
TELLO | Llegué con media sotana y guantes, |
ALONSO | Espera, que leo otro poco; que el deseo |
TELLO | ¿Es aquí contemplación? | ||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
ALONSO | Dime cómo hizo Fabia | ||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
lo que dice Inés. <poem>
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TELLO | ¿Qué te puede suceder en una cosa tan llana |
ALONSO | Hoy, Tello, al salir el alba, con la inquietud de la noche, |
TELLO | Mal a doña Inés le pagas aquella heroica firmeza |
ALONSO | Bien dices, Inés me aguarda: vamos a Medina alegres. |
TELLO | Tú me verás en la plaza hincar de rodillas toros |