​El asno cornudo​ de Mariano Melgar
Fábula V.

Un asno desesperado
Por su carga y sus fatigas,
Llevó al Padre de los Dioses
Uu memorial que decía :
« Es un dolor, Señor Jove
Que solo de mí se diga
« El asno, el asno... un buen bruto:
Tiene paciencia »
 ; y me aflijan
Con carga y palos, por verme
Falto de armas ofensivas.
Por cierto que con los toros
Otro tanto no se haría:
¡ Que digo toros ! un perro,
Aun la más triste hormiguilla
Tiene armas; y por solo esto
Con respeto se le mira.
Solo yo soy el objeto
De la crueldad y la risa :
Con un par de cuernecillos,
Todo se remediaría. »
Júpiter se los concede ;
Pero, Señor, ¡ qué averías !
Bruto á quien hace un cariño,
Fijo se queda sin tripa.
Aun él queriendo rascarse,
Se rompió media barriga;
Y claro está, él nunca lo hizo
Por matador y suicida,
Sino porque tuvo cuernos
Y el manejo no sabía.
Catástrofe semejante
Me hizo decir, no es mentira,
Ya que Dios ha dado al pueblo
Voto y fuerza la precisa,
Que le den los literatos
Unas cuantas leccioncitas.