El almuerzo
Llovió. Trisca a lo lejos un sol convaleciente, haciendo entre las piedras brotar una alimaña y al son de los compactos resuellos del torrente, con áspera sonrisa palpita la campaña... Rumia en el precipicio una cabra pendiente; una ternera rubia salta entre la maraña, y el cielo campesino contempla ingenuamente la arruga pensativa que tiene la montaña. Sobre el tronco enastado de un abeto de nieve, ha rato que se aman Damócaris y Hebe; uno con su cayado reanima las pavesas, otro distrae el ocio con pláticas sencillas... Y de la misma hortera comen higos y fresas, manjares que la Dicha sazona en sus rodillas.