Nota: Se respeta la ortografía original de la época


ESCENA XI.


LA FIESTA DEL UTUAO.[1]


DEDICADA A MI MEJOR AMIGO


D. José A. Balmañya.



scuche, compaire
  Pepe,
Ya que haseyo me ha
  obligao,
Lo que le boy á
  contal,
Que es caso que me ha
  pasao.

Manque no soy de la Bana,
Tengo mi aquey muy fundao.
Polque soy de Puelto-rico
Er chenche mas afamao.
A mi nengun endebido
En la via me ha cucao,
Sin que le dé un sopeton
Que lo deje ñangotao;
Y por eso los Alcaldes
Dey pueblo del Utuao
Tuvieron que vey conmigo
Este mesmo año pasao.
Es el caso, compae Pepe,
Que mi primo Tanislao,
Que á aqueya maidita fiesta
Habia sio combiao,
Me jiso dir: ¡malos rayos
Antes lo hubieran quemao
De que tal cosa me ijera,
Que mejol me hubiera estao!
Mardugamos aquel dia,
Y á mi cabayo manchao
Le puse jáquima nueva,
El aparejo forrao,
Las aguaeras mejores,
El aserico rosao,
La tajarria de algoón,
Y la sincha de jilao.
Yo me puse mi sombrero
De beinte riales, y al lao
Su escarapela de grana;

La camisa de alistao,
Con los carsones de crea
Poí supuesto aymionaos,
Y mi buen pal de sapatos
Con los tacones jerraos.
Metíme una mascaura,
Montamos yo y Tanislao,
Y comensamos á andal
Ar canto del Lorigao.
Pero por mas juan caliente
Que le arrimaba ar manchao,
No puimos alcansal
La misa en el Utuao.
Yegamos serian las dos,
Y yo que no habia almolsao,

El estógamo tenia
Al espinase pegao.
La comae de mi primo
Nos tenia preparao
Un plato de arros con carne,
Otro plato de guisao,

Que con agi cabayero
Ar punto estubo tragao,
Y además nos dió á la postre

Otro de queso y melao.
Al escureser nos fuimos
A casa é Peiro Tirao,
Que disen que es la que tiene
Ayí er mejoy soberao.
Bailaron unas caenas,
Despues un seis balseao,
Un cabayo y un sonduro,
Sin que yo hubiese bailao.
Los mositos de aquey pueblo
Ya me tenian ajorao,
Polque sin bailay me estaba
En un rincon agachao.
Al fin me delelminé,
Y arrimándome pun lao,
Combié par un sonduro
A la hija de Tirao,
Jembra de cara pulía,
Y cuelpo muy aqueyao.
Apenas al son del güiro
Comensó el sapateao,
Cuando al jaser el rastriyo
Le pisé á su enamorao
Er deo goldo dey pié;
Y como era renegao,
Hechó un mal rayo te palta.
Yo, que estaba incomoao
De enantes, lo arrempujé;
Y tambien arrempujao
En seguía yo me vide
Por aquel escamisao.

Metimos mano á la daga,
Y en un bendito alabao
Nos tiramos ar batey.
Jisimos un sambumbiao
En menos de dos menutos,
Que el Alcalde aturruyao
No sabia que jaser;
Pero el cura , hombre abisau,
Le aconsejó que á la cársel
Nos yebara de contao.
Ayí nos tuvo tres dias,
Y yo salí escarmentao
Para nunca mas bolvey
A fiestas al Utuao.

  1. Publicada en el Álbum Puerto-riqueño.