El álamo
Aquesta ya de Alcides osadía,
que profana del sol sagrado asiento,
contra sus rayos verde atrevimiento,
pasando a descortés su demasía.
Ésta, que no al Olimpo desafía,
pues besa de su alteza el fundamento,
vanidad de esmeralda, que en el viento
bate tornasolada argentería.
Ésta del prado Babilonia hojosa,
terreno do festejan las estrellas
en confusión armónica las aves,
cadáver estará su pompa hermosa,
y amarillas leerán sus hojas bellas
muda lección, a nuestras vidas graves.