Dos rosas y dos rosales: 34

Dos rosas y dos rosales de José Zorrilla
Las almas enamoradas. Intermedio. Conclusión.

He aquí, lector, tal cual es
La rápida relación
Que de la historia en cuestión
Daba el periódico inglés.
Don Gil quedó taciturno,
Discurriendo cómo hacer
Para hacérsela saber
A su hija Rosa a su turno.
Mas viendo que al cabo era
Que la supiese preciso,
Tuvo por mejor aviso
Que ella misma la leyera:
Y los papeles la dio,
Prevenido a un accidente;
Mas Rosa, aunque ávidamente,
Con firmeza los leyó:
Rosa esta nueva crüel
Tomó al parecer con calma,
Porque tenía su alma
Tan saturada de hiel
Que no podía una gota
Aumentar ya su amargura.
Cuando acabó su lectura
Sintió que la fuente rota
De su llanto desbordaba
Por sus ojos: donde al menos
Vio Don Gil síntomas buenos,
Pues su dolor desahogaba.
Fue en verdad prueba muy ruda;
Mas no acabó con su vida;
Rosa continuó sumida
En una tristeza muda.
Don Gil espera con calma
Que su dolor se la pase
Con el tiempo.—¡Necia frase
Pues Dios hizo eterna el alma!
Llegó setiembre y Don Juan
Vino… mas ya basta de esto:
Mejor de mi historia el resto
Ver sus héroes nos harán.