Dime, Fili
XXXIX.
editarDime, Fili, asi amor dure en el pecho
De tu nuevo pastor, asi los hados
Os dén los bienes y el placer doblados,
Como las penas á tu Tirsi han hecho:
El puro fuego y aquel lazo estrecho,
Que nuestros corazones abrasados
Tuvo igualmente, y con un nudo atados,
¿Está del todo ya muerto y deshecho?
¿No te queda siquiera la memoria
De aquellos dulces, venturosos dias,
Que te dí de mí fe nuevas tan ciertas?
Mas no, porque el remate de la historia
Enturbiará tambien tus alegrías,
Como dexó mis esperanzas muertas.