Diccionario de autoridades. Tomo I/Discurso del origen
SOBRE EL ORIGEN DE LA LENGUA
Castellana.
A Léngua Castellana, que por usarse en la mayor y mejor parte de España, suelen comunmente llamar Españóla los Extrangéros, en nada cede à las mas cultivadas con los afánes del arte, y del estúdio. Es rica de voces, fecunda de expressiones, límpia y tersa en los vocablos, facil para el uso común, dulce para los afectos, grave para las cosas sérias, y para las festivas abundantissima de grácias, donáires, equívocos, y sales. Es mui copiosa de Senténcias, Provérbios, ò Refránes, en que está cifrada toda la Philosophía morál, y la enseñanza civíl, como confiessan Erasmo, y Escalígero: y tiene muchos Dialectos, ò términos peculiares, cuya viveza no es posible substituirse en otra Léngua.
2 La Rhetórica, para resplandecer brillante en sus artificiosas oraciones, nada echa menos en ella de lo grande que se halla en las Lénguas Griega, y Latina, pudiéndose decir en ella, con igual valentía y elegáncia, quanto se ha dicho en estas de grande y admirable, cediendolas solo la ventaja de haver sido priméras en el tiempo. La Poesía en la variedád de metros, números, consonáncias, y assonáncias, es gratissima, y mui dulce à los oídos: lo magestuoso de las Voces le dá gravedád y peso, y en lo festivo la cópia de equívocos, y gustosas alusiones la hacen, sin la menor competéncia, singular entre todas.
3 En fin el estádo en que se halla oy la Léngua Castellana es capáz de que se enseñen en ella las mas superiores ciencias, y las mas exquisitas facultades, que tanto tiempo han estado detenidas, y como estancadas en los recintos de las Lénguas Griega, y Latina. Todo esto se pudiera demostrar largamente, sino lo embarazára la brevedád del discurso, ceñido à manifestar su orígen, de que han escrito vários Autóres; pero ninguno con mas felicidád que el Doctor Bernardo de Aldrete, Canónigo de la Santa Iglésia de Córdoba, en el libro que escribió de esta matéria: y assi dexando su vasta erudición para los curiosos, se procurará con la luz de la História descubrir claramente el princípio de nuestra Léngua.
4 Nadie puede dudar que el primer poblador de España (fuesse Tubal, como quieren los mas, ò fuesse Tarsis, como algunos sienten) traxo juntamente con su família Léngua, porque es el modo con que los hombres comunícan entre sí lo interiór de sus pensamientos para la vida racionál y civíl: y no puede haver duda, que aqueste mismo Idióma se conser vó en sus hijos, nietos, y descendientes, y que se llamó Léngua Materna, porque los niños la aprendían en los brazos, y à los pechos de sus Madres. Este Idióma quedó tan sepultado en el olvído, que no ha permanecido mas que la cierta memória de que le huvo: lo que naturalmente no puede haver sucedido, sino por una totál corrupción, ò por la introducción de otra, ù otras Lénguas diversas: al modo que en las Províncias se han perdido la antígua Religión, las primitivas leyes, las costumbres, y los trages, para todo lo qual han sido siempre poderosas las armas, y la autoridád de los vencedóres.
5 Strabon Geógrapho, que vivió en tiempo de Tibério, tan docto y diligente, como saben los erudítos, refiere que en los tiempo antíguos huvo en España diversas Lénguas: y haviendo sido una la que hablaron los primitivos Españoles, no paréce que esta diversidád se puede atribuir à otra causa, que à la de haver salido de su Pátria por aquella memorable sequedád de tantos años, que les obligó à desampararla, y à buscar en tierra extrañas remedio à su necessidád.
6 Como fueron diversas las Províncias à que aportaron, y en ellas se detuvieron algunos años, es naturál que con el trato y comunicación con aquellos Pueblos viciassen y corrompiessen la Léngua própria: y assi no es de extrañar, que quando volvieron a España, despues de haverla fecundado el Cielo, y restituído benigno con las llúvias su antígua fertilidád, traxessen la variedád de lenguages que Strabon afirma, como les sucedió à los Hebréos despues de la captividád de Babilónia, conforme enseñan los hombres mas doctos en las sagradas letras.
7 Por los años de 516. de la fundación de Roma entró Amilcar, General de la República de Cartágo, en España, y con sus armas puso debaxo de su Império lo que es ahóra Andalucía, Réino de Granada, Réino de Murcia, y parte del Réino de Valéncia, hasta cerca de Sagunto: y passando sus términos, sugetó todas las costas de Cataluña, donde para seguridád de las armadas, y tener à raya los Pueblos vecinos, fundó à Barcelóna, dándola su apellido. Asdrubal sucessor de Amilcar en el gobierno, y despues de él Annibal, dilataron el domínio Cartaginés en grande parte de España; pero lo mas fué en las costas del Mediterráneo, y en los parages immediatos à ellas, procurando hacer assi estables sus conquistas: con que es factible que en estas partes intentassen que se hablasse la Léngua Púnica, al modo que introduxeron sus monédas.
8 Annibal, no obstante las protestaciones del Pueblo Romano, sitió à los Saguntinos confederados con él, obligándolos à que entregassen su Ciudad à las llamas, y sacrificassen à la amistad sus vidas: cuya injúria tomó tan à pechos el Senádo y Pueblo Romano, que en el año de 535. envió à Gneyo Scipión con armada, y gente, el qual desembarcó en Ampúrias: y desde entonces se continuó la guerra entre Romanos y Cartagine ses, con várias batallas favorables à los Romanos: de fuerte, que en el año de 550. perdieron los Cartagineses quanto havían ganado en España: y assi en treinta y cinco años de Domínio no es verisimil que pudiessen introducir enteramente su Léngua.
9 Los Romanos reconociendo las riquezas y utilidades de nuestra Província, con vários pretextos continuaron la guerra con los naturales, que por no haverse unido desde el princípio de ella, fueron vencidos y sujétos à las leyes de los vencedóres. Para assegurarse de ellos fundaron várias Colónias, dieron à muchos Lugáres el honór de Municípios, hicieron Conventos jurídicos, ò Chancillerías, para que los pléitos se decidiessen por justícia conforme à las leyes. Se empezaron à contraher matrimónios entre Romanos y Españoles, y por estos medios procuraron introducir sus costumbres, desnudando à los naturales de la rústica corteza de su trato. Luego que assentaron su Domínio, ordenaron (como dice Valério Máximo) que nadie pudiesse hablar à los Pretóres, ò Gobernadores, sino en la Léngua suya: con que viéndose precisados à la comunicación con ellos, aprendieron por necessidád los Españoles la Léngua de los Romanos, la qual desde las Colónias y Municípios se fué extendiendo à las Aldéas; y solamente los Vizcainos han conservado hasta ahóra tenáces su lenguage.
10 De esta manéra se habló en España hasta el princípio del siglo quinto del nacimiento de nuestro Redentor, y de todo este tiempo no se ha descubierto monumento alguno de obra pública, de dedicación de Templo, ò Ara, de memória de Emperador, ò lápida sepulcrál, que no sea en Léngua Latina: de calidád, que ni aun en los libros se conserva notícia alguna de lo contrario: de que se infiere con evidéncia, que en el tiempo que los Romanos señorearon nuestra Província, fué su Léngua vulgar en ella.
11 A los princípios del siglo quinto inundaron à España, buscando mejor clima, los Suevos, Alános, Vándalos, y Silingos, derramandose por todo lo mejor de ella. Poco despues los Godos, que estaban en las Gálias, entraron como auxiliares de los Romanos contra estas Naciones, y en poco tiempo se hicieron dueños de todo lo que no ocuparon ellas, y estaba por el Imperio Románo: de suerte, que quedaron estas Províncias ocupadas de Suevos y Godos, siendo los Suevos señores de la antígua Galicia, y parte de la Lusitánia, y los Godos del resto de España, y la Galia Narbonense, hasta que el Rey Leovigildo acabó con el Réino, y Domínio de los Suevos, quedando único Monarcha de nuestra Província. Duró el Império de los Godos hasta los princípios del siglo octavo, en que feneció, con la invasión de los Sarracénos, en el Rey Don Rodrigo último de ellos.
12 Uvalia, tercero Rey de los Godos, destruyó à los Vándalos y Silingos, que havían ocupado la Andalucía, volviéndola à poner debaxo del Império Románo: con que estos mal pudieron introducir su Léngua en solos seis años que dominaron aquel território. Lo mismo hizo con los Alános, que tenían la Lusitánia, y los que quedaron de las rotas acudieron al ampáro del Rey Gunderico de los Vándalos, que se havía hecho fuerte en la parte occidentál de Galicia: de manéra, que estos tampoco pudieron introducir su Léngua.
13 Los Vándalos y Suevos, despues que determinaron servir, y estar à las órdenes del Império Romano, llegaron à las armas sobre los términos de los Lugáres que havían de ocupar: y haviendo derrotado los Vándalos à los Suevos, les fué preciso à estos retirarse à los montes Nervasios, donde los Vándalos los sitiaron. Viéndose los Suevos obligados à recurrir al favór del Império Romano, el Conde Asterio por medio de su Theniente Maurocelo con escogidas tropas hizo que los Vándalos levantassen el sítio, y los dexassen libres: de lo qual irritados se retiraron de Galicia, y llenándola de horróres, è impiedádes, passaron por la Lusitánia, y llegaron à la Bética, ò Andalucía, donde intentaron hacer assiento; pero solicitados del Conde Bonifácio, passaron al Africa à hacerle en ella, quedándose los Suevos en Galicia: con que en tan breves años no es dable que ni Vándalos, ni Silingos, ni Alános pudiessen introducir su Léngua, de la qual no se halla yá el mas leve rastro, ni memória.
14 Aunque los Godos desde Alarico entraron con sus armas en España, solo desde Eurico entraron como señores, dominando lo que estaba por el Império Romano. Y si bien es cierto, que los Suevos posseyeron por mucho tiempo la Galicia, y parte de Lusitánia, ultimamente acabó con su Domínio (como queda dicho) el Rey Leovigildo, poniendo debaxo de su Cetro toda esta Península, menos las Plazas que los Emperadores de Oriente posseían en las costas del Mediterráneo, que les entregó Atanagildo, y recobraron despues Sisebuto, y Suintila. Eurico deseando reducir la ferocidád de sus Godos à vida civíl, y racionál, fué el priméro que les prescribió leyes, y los Reyes que le siguieron fueron añadiendo otras para el buen gobierno, conforme pedían el tiempo, y la ocasión, de cuya colección resultó el Fuero Juzgo: y siendo constante que estas leyes se escribieron en Léngua Latina, se infiere con toda certéza, que esta era la Léngua común, y vulgar que se habló, y de que se usó en lo escrito en todo el tiempo de su dominación en España. Confirma este discurso la diferéncia que huvo entre los Godos, y las otras Naciónes: porque estas entraron usurpando con violéncia; y los Godos como auxiliares, y à sueldo del Império Romano: y assi procuraron saber la Léngua común en él, sin usar de la própria, sino quando hablaban privadamente. Con todo esso es mui probable, que de su Léngua se introduxeron en la Romana algunas voces, de que no se halla etymología, ni en la Léngua Latina, ni en la Arábiga.
15 A los princípios del siglo octavo de la era Christiana passaron del Africa à España ñas armas de los Califas de Damasco, y en breve tiempo la conquistaron toda, excepto las costas del Océano Septentrional, en que se numéran las Astúrias de Oviedo, las Montañas de Burgos, Vizcaya, y Guipúzcoa. En esta inundación de Arabes y Sarracénos, los Españoles, unos se retiraron à los lugáres ásperos de las montañas, y otros se quedaron gimiendo debaxo del yugo de los vencedores. Los que se retiraron à las montañas llevaron la Léngua que usaban, que era la Latina, algo alterada por la pronunciación de los Godos, y los que permanecieron en sus Pátrias entre los Arabes, aunque no la perdieron, recibieron de ellos muchas palabras, como se mostrará en el discurso del Diccionario.
16 Los Reyes de Astúrias, y sus vassallos fueron corrompiendo, y alterando la Léngua Latina, hasta el año de mil y ciento, poco mas, ò menos: y aunque los Privilégios, y escrituras públicas se escribían en ella, era yá el Latin tan bárbaro, que la corrupción formó un nuevo Dialecto diverso en lo mas del Idióma Latino: de suerte, que los que sabían la Léngua Latina no entendían la Españóla, ni los que hablaban la Españóla entendían la Latina, viéndose precisados à aprenderla por arte.
17 Como estos Reyes empezassen à recuperar todo lo que estaba à las faldas de las montañas, y volviessen à reedificar à Leon, Astorga, y otras Villas, poniendo en ellas Pobladores, y Presídios: al passo que se iba extendiendo el Domínio con las armas, se fué tambien extendiendo el lenguage. Don Alonso el Sexto passó con sus tropas las sierras de Guadarrama y conquistó à Toledo, las comarcas de Madrid, Alcalá, Guadalaxara, y Talavera. Don Alonso el Septimo las de Cuenca, Alcaráz, y la Mancha, hasta llegar à Sierramoréna. Don Alonso el Nono las principales Ciudades de Extremadúra: y en San Fernando el tercero passando con sus valerosos esquadrones la Sierramoréna, conquistó los Réinos de Córdoba, Jaen, Sevilla, y Murcia, echando de ellos à los Mahometanos, y llevando Pobladores de sus Réinos, con que insensiblemente se comunicó su Léngua, y dilató en todos estos Países. Los Christianos que antes havían vivido en ellos (debaxo del Domínio de los Mahometanos como queda notado) no havían perdido totalmente la Léngua que usaban en tiempo de los Godos; pero tambien la corrompieron, como los que estaban en los Domínios de Astúrias y Leon, y con la precisa comunicación con los Arabes tomaron muchas voces de su Léngua: y assi quando se iba extendiendo el lenguage de los Reyes de Leon y Castilla, se iban entrometiendo en él las palabras que havían tomado los Christianos de la Léngua de los Sarracénos: al modo que se mezclan las aguas de los arróyos con las de los rios grandes, y forman con ellos un cuerpo, y una madre.
18 Todo este agregado, ò cúmulo de Voces es lo que constituye, y forma la Léngua Castellana: y assi como un montón de trigo, aunque se le hayan mezclado otros granos, ò semillas, como cebáda, centéno, y otras espécies diferentes, como la mayor y principal parte es el trigo, todo él se dice montón de trigo: del mismo modo, aunque en la Léngua Castellana se hayan introducido várias Palabras de las Lénguas Gótica, y Arábiga, como en lo morál la mayor parte trahe à sí la menor, yá todas ellas se repútan por parte de la Léngua Castellana.
19 Estos fueron los princípios de ella: por donde se vé que es un Dialecto, que formó la corrupción de la Léngua Latina, como tambien lo son la Francesa, y la Italiana. Reconocióse, despues de algun tiempo, la asperéza de algunas Voces, y procuró suavizarlas el cuidado, y el estúdio: y en este estado mandó el Rey Don Alonso el Sábio, que todas las escrituras públicas se escribiessen en Léngua Castellana, conociendo que era capáz de expressar, no solo los conceptos de la vida civíl, y sus artes mechánicas, sino tambien los de las artes liberales, y demás ciencias. Desde entonces ha sido mayor la aplicación y esméro en pulirla, y mejorarla, yá ablandando la duréza de algunos términos, mudando, ò quitando algunas letras: yá conformándolas mas à sus etymologías: yá dándolas con alguna mudanza mejor sonído: yá dexando algunas por la disonáncia que hacían con las demás, hasta que en estos dos últimos siglos ha llegado à la perfección en que oy se halla, y para cuya estabilidád y permanéncia se dedican los trabájos y estúdios de la Académia, en medio de que reconóce que nada es estable en las cosas humánas.