Correo de Comercio: 31 de marzo de 1810/1

Correo de Comercio

Número 5

Del Sábado 31 de marzo de 1810

BENEFICENCIA PUBLICA

Desde que la beneficencia conduxo á nuestras playas el fluido vacuno descubierto algunos años antes por el inmortal Jener, hubo un ciudadano entre nosotros bastante philantropico para echar sobre sus hombros la casi insoportable carga de conservar el indicado fluido, y vacunar á quantos se le presentasen temerosos de contraher el mortifero veneno de la viruela destruidora. En efecto, desde el 6 de Julio de 1804 en que se dexó ver en nuestro territorio este precioso presente de los cielos, no ha cesado un instante solo el Presbytero Dr. D. Saturnino Segurola de vacunar gratuitamente en esta Capital, y en parte de sus campañas, á los innumerables jóvenes que acudían diariamente á recibir este conservador de su existencia su tezon y su constancia han sido iguales á su celo, y á su amor á la humanidad. No ha perdonado instante, no ha perdonado fatiga quando se há tratado de hacer un bien á sus semejantes. Descuidado enteramente de si propio, se há entregado al servicio caritativo de los demás.

Son innumerables las personas que han recibido de sus manos este beneficio singular, que para conservarlo, le há sido preciso atropellar un millón de penalidades y fatigas que há sufrido con serenidad y gusto.

Continúa en su exercicio philantrópico en su propia casa, el dia Jueves por la tarde de todas las semanas: reparte pródigamente á quantos le piden el virus vacuno, para dentro y fuera de la Capital; y ultimamente su patriotismo y su constancia le han justamente merecido el renombre de conservador y propagador de la vacuna con que nuestro actual Exmo. Virey le há distinguido por un titulo formal que al efecto le ha conferido; y por los oficios honrosísimos con que este Real Protomedicato le há dado un testimonio auténtico de su reconocimiento y gratitud.



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