Correo de Comercio: 2 de junio de 1810/1
Correo de ComercioNúmero 14 Del Sábado 2 de junio de 1810 | ||
Los pescados de los Ríos de S. Mateo y Paracti, son el Sábalo, el Dorado, el Surubi, todos ellos comunes á los Ríos de los Andes. Paso á dar una corta idea de los Indios Yuracarees, los primitivos habitantes de estas Montañas. Esta nacion es de corto número, y vive muy esparcida por familias en los Montes al pie de la última Serrania, que desde la mision de la Asuncion sigue hasta la mision de San Cárlos, en las inmediaciones de Santa Cruz. Los Padres Misioneros que han transitado la mayor parte de los terrenos que habita esta nacion regulan su número apenas á 1500 almas. Los hombres son de una estatura alta bien proporcionada, robusta y verdaderamente atlética, y se presentan con bizarría é intrepidez á los forasteros: Son de color claro moreno, de ojos y pelo negro, muy aseados, y se bañan á todas horas del dia en los Rios inmediatos: son excelentes nadadores. Todo su vestuario se reduce á una camiseta bien áspera sin mangas, que les llega hasta las rodillas, y fabricada de la corteza de un árbol. Estos carácteres de la buena formacion de sus cuerpos, de su presencia, y del modo de vestir son comunes á infinitas Naciones de Indios gentiles, que al pie de los Andes habitan en las vastas llanuras del interior de todo este Continente. Sus armas son el arco y la flecha, que manejan con mucha destreza. Los arcos fabrican del tronco de una palma que se llama Chonta de un tamaño y resorte extraordinario. Desde su niñez, es el manejo de estas armas y la pesca su único estudio, y verdaderamente es la caza, y la pesca fuera de algunos vegetales, el mayor recurso para su manutencion. No hay páxaro por chico que sea, ni en el agua pescado por veloz que fuere que no sea presa de su flecha, quando el Indio se empeña en cogerlo. Con el arco y la flecha en la mano no teme ni al Tigre ni á la Ouza, animales muy feroces y comunes en estas Montañas. Sus alimentos son la yuca, el platano, varias frutas silvestres, pescado fresco, ó seco y varias aves mayores como las Pavas, y si la fortuna los favorece, tambien animales mayores quadrúpedos, como la Anta, el Sari y otros. Su luxo y su riqueza son abalorios, espejos, agujas, botones de metal, cuchillos, machetes, y otros utensilios de fierro, para labrar sus chacras, y para el corte de la madera. Es costumbre general de pintarse hombres y mugeres con unas rayas atravesadas toda la cara de un color roxo, y tambien de negro. Su ligereza para subir á la cima de las palmas, cuya altura llega á 30 varas castellanas, es admirable: ninguna Nacion en el mundo creo le gana en este exercicio, y esto con la económica mira de quitar únicamente las hojas en la cima de la palma, y dexar intacto el tronco que sigue brotando nuevas hojas el mismo año. En su estado silvestre no reconoce otro gobierno sino el de la mayor fuerza. Se casan con tantas mugeres, quantas cada uno puede mantener. Sus enemigos son los Indios Solostos, y Sirionoes, que habitan en los terrenos inmediatos al Rio Grande, y entran en sus batallas adornados y pintados con extrañas figuras para imprimir horror á sus enemigos. El Indio Yuracarees tiene la idea de un ente sumo y bueno que llama Tantoco, que segun su tradicion libertó su Nacion de un incendio general, que otro ente malo Limpelete habia sucitado en toda extension de la Montaña. Acercándose una tempestad se recogen las mugeres y los hijos en la casa, y los hombres se ponen á la puerta armados de arco y flecha, conjurando en voz alta, y con grandes gritos á este ente malo del fuego que les amenaza á destruir sus casas y plantíos. Dicen que despues de su muerte pasan en un largo viage á otros terrenos mas felices; y por este motivo se entierran con el muerto todas sus riquezas, hachas, chaquiras, arcos y flechas: los Indios Neofitos en la mision de la Asuncion, y en el Coni abandonan poco á poco estas costumbres del gentilismo, veneran sus Misioneros, partiendo con él los frutos de la pesca, caza, y cultivo de sus chacras, y freqüentan sin faltar todos los dias los actos de nuestra Santa Fe Católica en sus Capillas. El temperamento de estos terrenos es el comun en la Zonatorrida, quiero decir, caliente, humedo, y sumamente lluvioso. La espesura del bosque no permite la entrada á los rayos del Sol, y así se mantiene perpetuamente la humedad en ellos. Ademas son los innumerables árboles otros tantos conductores que atraen las nubes, y de este resultan las seguidas aguas, que solamente desde Mayo hasta Setiembre descansan por estos intervalos. Ademas contribuye mucho la particular formacion y angostura del terreno, la elevacion inmensa de la Cordillera, y los vientos humedos del N. de los terrenos baxos para encaxonar las nubes y precipitar las aguas en esta Serrania. El Barometro se mantiene en 27 pulgadas y 3 líneas. El Termometro no subió de los 82 grados, ni baxó de los 68 segun Fa-renheit. El ayre grueso y pesado que se respira aquí es semejante al ayre voluminoso en el nivel de la Mar, llena los pulmones, y promueve con resortes mas fuertes la circulacion de la sangre en los animales, y quita enteramente del medio aquella dificultad en la respiracion que se experimenta en los altos de la Cordillera. Ni tampoco hay alguna enfermedad endemica, como en varias partes de las Montañas de los Andes, si, al contrario es sumamente provechoso este temperamento, y la continua transpiracion para las enfermedades venereas. Resulta de los anales, y la historia de estas Montañas que al R. Obispo de Santa Cruz D. Francisco Ramon de Erboso se debe el primer descubrimiento, que fué el año de 1768 quando se abrió la primera senda á su costa. El primer Misionero que entró á la conquista espiritual de la Nacion de Indios Yuracarees fué el P. Fr. Marcos de S. José Menendez Recoleto de la Orden de San Francisco, que fué el dia 25 de Julio de 1775. Varios otros particulares fomentaron al principio esta conquista espiritual; pero mas por sus intereses propios, que era el plantío y comercio de la Coca. Esta Mision tuvo en sus principios sus desgracias y atrasos por falta de auxilios. El año de 776 entró con el citado Misionero el R. P. Fr. Tomás de Anaya, á quien verdaderamente se debe la mayor parte de las primeras conquistas hechas hasta este dia, y varios años despues el P. Fr. Francisco Buyan. Actualmente siguen en sus conquistas espirituales los Religiosos del Colegio de Propaganda fide de Tarata distribuidos en la Mision de la Asuncion Coni y Chimoré: cuyos trabajos Apostólicos incesantes han dilatado y ampliado mucho el campo del Evangelio y la viña del Señor.
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