Carta a Antonio D. Lussich

Señor don Antonio D. Lussich

Estimado amigo:

Al estimularlo a usted al cultivo de ese género tan difícil de nuestra literatura, lo hacía persuadido de que sabría triunfar de todas las dificultades que presenta; vencer todos los escollos, e igualar, sino exeder a los que en esos retratos del gaucho, se han aproximado más al original. He leído sus versos con vivo interés, veo con satisfacción que su trabajo corresponde a estas esperanzas, y lo felicito con todo el ardor y con toda la sinceridad de mi ánimo.

El suceso que usted ha elejido para servir de tema a sus cantos no ha podido ser ni más vasto, ni de mayor interés de actualidad ni relacionarse más íntimamente con el paisano, ni encontrarse más al alcance de su juicio.

En la elección de los tipos puestos en escena ha sido usted igualmente feliz, retratando esos caracteres agrestes, valientes y desconfiados a la vez; con una propiedad que revela la seguridad con que usted ha penetrado en ese escabroso terreno.

En versos llenos de fluidez y de energía, describe usted con admirable propiedad al inculto habitante de nuestras campañas, pinta con viveza de colorido los sinsabores y sufrimientos del gaucho convertido en soldado, sus hechos heroicos, los estragos de la guerra fratricida, y la esterilidad de una paz que salva los derechos de las diversas fracciones políticas, cimentando el orden y la tranquilidad general sobre la sólida base de la justicia, del derecho, y de las garantías de todos los ciudadanos. Usted sabe que he simpatizado ardientemente con ese movimiento de opinión, lleno de popularidad, y llamado a devolver a millares de Orientales distinguidos, los derechos de que el absolutismo los había despojado de su Patria.

Si el éxito no ha correspondido a la magnitud de los esfuerzos, no por eso debe entiviarse la fe en el corazón de los patriotas.

Usted ha cantado sus sacrificios, sus victorias, y sus desgracias; y los patriotas orientales aplaudirán su obra, tanto como le agradece su honrosa dedicatoria este,

Su afectísimo y verdadero amigo.


Buenos Aires, Hotel Argentino. Junio 20 de 1872.