Cantares de Elina
Cantares de Elina


Crié una paloma hermosa,
mi esperanza y mi ilusión;
mas ella huyó, veleidosa...
¡Ay, paloma!... ¡Ay, corazón!...



Palomita de mi huerto,
de ojos de dulce mirar,
¿conque es cierto, conque es cierto,
que huíste del palomar?...

Yo formé del pecho mío
un nido, para ti, fiel,
y ahora lo dejas vacío:
palomita, ¡eres muy cruel!

¡Quién me diera en mi tormento,
arrancar del corazón
tu imagen ó el sentimiento
de esta horrible decepción!...

Aprende: esas dos palomas...
van juntas en pos de ti,
y aunque traspasan las lomas,
juntas vuelven hacia mí...

Y me dicen: —¿Hasta cuándo
te ha prometido volver?...—
Y les contesto llorando:
—¡Mañana, al amanecer!...

Y de mañana en mañana
va creciendo mi dolor,
y como él ¡suerte inhumana!
también se aumenta mi amor!

Vuelve, palomita ausente,
mi pecho es tu palomar;
¡como supe amar ardiente,
así sé yo perdonar!...

¡Ay! ¿Por qué das al olvido
que te ofrecí con amor,
para que tejas tu nido,
rosas y malvas de olor?

Como un inocente niño,
cuanto tuve te ofrecí;
aun de mi madre el cariño
lo sustraje para ti...

Si al nacer hubieras dado
á la tierra tus despojos,
no te habrían visto ni amado
mi corazón y mis ojos.

Mas creció en el pecho mío,
al par que tú, mi pasión;
ahora lloro mi desvío,
¡Ay, paloma! ¡Ay, corazón!...

¡Vuelve, palomita ausente;
mi pecho es tu palomar!
¡Como supe amar ardiente,
así sé yo perdonar!...

Vuelve, vuelve, te lo ruego
por nuestro soñado edén,
por mi amor ardiente y ciego,
y por el tuyo también.

Mas ya no tendrán su día
tanto amor, tanta ilusión.
¡Adiós, esperanza mía!...
¡Queda muerto el corazón !...

Miguel MORENO.