Cantar de Roncesvalles

​Cantar de Roncesvalles​ de Autor Anónimo

                      Llanto por Turpín

I 
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raçonose con eylla,  como si fuese biuo:
«Bueno pora las armas,  mejor pora ante Ihesuchristo,
consejador de pecadores  e dar...tanto....da....
el cuerpo priso martirio  por que le... lon... io
¿Mas quién aconseyara  este uiejo mesquino,
que finca en gran cuyta  con moros en periglo?»
Aqui clamó sus escuderos  Carlos el enperante:
«¡Sacat al arçebispo  desta mortaldade;
leuémoslé a su tierra  a Flanderes la ciudade!»

           Llanto de Carlomagno por Oliveros

II
El enperador andaua  catando por la mortaldade
vido en la plaça  Oliueros o yaze
el escudo crebantado  por medio del braçale;
non uio sano en eyll  quanto un dinero cabe;
tornado a orient  como lo puso Roldane.
El buen enperador  mando la cabeça alçare
que le limpiasen la cara  del poluo e de la sangre.
Como si fuese biuo  començolo de preguntare:
«Digádesme, don Oliueros,  cauayllero naturale,
¿dó deyxastes a Roldán?,  digádesme la uerdade.
Quando uos fiz compaineros  diestesmes tal omenaje 
por que nunca en vuestra vida  non fuésedes partidos maes.
Dizímelo, don Oliueros,  ¿dó lo ire buscare?
Io demandaua por don Roldán  ala priesa tan grande.
¡Y a mi sobrino, ¿dónt vos ire buscare?»

            Encuentro de Roldán. Llanto del emperador

III
Vio un colpe  que fizo don Roldane
«Esto fizo con cuyeta  con grant dolor que auiáe.»
Estonz alço los ojos,  cató cabo adelante,
vido a don Roldán  acostado a un pilare, 
como se acosto  a la hora de finare.
El rey quando lo uido,  oit lo que faze,
arriba alçó las manos  por las barbas tirare,
por las barbas floridas  bermeja sayllia la sangre;
esa ora el buen rey  oit lo que dirade,
diz: «¡muerto es mio sobrino,  el buen de don Roldane!
Aquí veo atal cosa  que nunca vi tan grande;
Yo era pora morir,  e uos pora escapare.
Tanto buen amigo  uos me soliádes ganare;
por uestra amor arriba  muychos me solían amare;
pues uos sodes muerto, sobrino,  buscar me an todo male.
Asaz veo una cosa  que sé que es uerdade:
que la vuestra alma  bien sé que es en buen logare;
mas atal uiejo mezquino,  ¿agora que faráde?
Oi e perdido esfuerço  con que solía ganare.
«¡Ay, mi sobrino, nom me queredes fablare!
Non vos ueo colpe nin lançada  por que ouiésedes male,
por eiso non vos creo  que muerto sodes den Roldane.»

IV
Deysámos uos ne açaga  donde prisiestes male;
¡las mesnadas e los pares  anbos uan ayllae
con vos, e amigo,  por amor de a uos goardare!
Sobrino, ¿por esso  non me queredes fablare?
Pues uos sodes muerto,  Françia poco vale.
Mío sobrino, ante que finasedes  era yo pora morir maes.
Atal uiejo meçquino,  ¿qui lo conseyárede?.

              Juventud de Carlomagno

V
«Cuando fui mançebo  de la primera edade,
quis andar ganar preçio de Françia,  de mi tierra natural;
fuime a Toledo  a seruir al rey Galafre
que ganase  a Durandarte large;
ganéla de moros  quando mate a Braymante,
dila a vos, sobryno,  con tal omenage
que con uuestras manos  non la diésedes a nadi;
saquélas de moros,  uos tornástela aylae.
«¡Dios vos perdone,  que non podiestes maes!».
Con uuestra rencura   el coraçon me quiere crebare.
Sallime de Françia   a tierras estraynas morare
por conquerir prouençia   e demandar linaje;
acabé a Galiana,   a la mujer leale.


               Conquistas de Carlos y Roldán

VI
Naçiestes, mi sobrino   a .XVii. aynos de edade,
fizuos cavayllero  a un precio tan grande.
Metime al camino,   pasé ata la mare,
pase Jherusalem,   fasta la fuent Jordane;
corriemos las tierras   deylla e deylla parte.
«Con vos conquis Truquia   e Roma a priessa daua.
Con uuestro esfuerço ariba   entramos en Espayna,
mataste los moros   e las tierras ganavas, 
adobé los caminos  del apóstol Santiague;
non conquis a Çaragoça, ont me ferió tal lançada».


                Calomagno se desmaya

VII
¡Con tal duelo esto, sobrino,   agora non fues biuo!
«D´aquestos muertos   que aquí tengo conmigo
agora ploguies al Criador,   a mi seynnor Jhesuchristo
que finase en este logar,   ¡que me leuase contigo!
dizirme ias las nueuas,   cada uno cómo fizo.»
El rey quanto esto dixo,   cayó esmortecido.


                 Llanto del duque Aimón por Reinaldos de Montalbán

VIII
Dexemos al rey Karlos   fablemos de ale
digamos del duc Aymón,   padre de don Rinalte.
Vido yazer su fijo   entre las mortaldades;
Despeynós del cauayllo,   tan grant duelo que faze,
alçoli la cabeça,   odredes lo que dirade:
«Fijo, vuestras mannas   ¿qui las podriá contare?
que cuerpo tan caboso   omen non uió otro tale
¡Vos fuerades pora biuir,   e io por morir máes!
Mas atal viejo mezquino   siempre aura male.
Por que más me conuerto   por que perdoneste a Roldane.
¡Finastes sobre moros,   uuestra alma es en buen lugare!.
¿Qui leuara los mandados a uuestra madre   a las tierras de Montalbane?.»
El duc fiziendo   su duelo muyt grande,
veniáli el mandado   que yazía esmortecido el emperante.
Mandó sacar el fijo   de entre las mortaldades.
Venía el duc Aymón,   e ese duc de Bretayna
el cauayllero Belart,   el fi de Terryn d´Ardeyna;
vidieron al rey   esmortecido estaua,
prenden agoa fria,   al rey con eylla dauan. 

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