Cancionero (Petrarca)/Ya que la vida angélica, serena
Ya que la vida angélica, serena
partiendo sin aviso, en duelo insuave
al alma ha abandonado en horror grave,
procuro hablando consolar mi pena.
Si a cruel lamento el duelo me encadena,
de él sabe quien lo causa, y Amor sabe,
¿qué otro remedio en mi tristeza cabe
contra este mal de que mi vida es llena?
Así, Muerte de ti, mi alma reposa;
y tú, tierra feliz, que ahora contigo
guardas con celo aquella faz hermosa,
¿dónde me apartas, ciego y sin abrigo,
después que aquella dulce y amorosa
luz de mis ojos no es ya más conmigo?