Cancionero (Petrarca)/Vi mujer entre mil de tales galas
Vi mujer entre mil de tales galas
que asaltó el pecho Amor con cuita fiera,
al mirarla en imagen verdadera
igual que habitador de etéreas salas.
Jamás usó mortales martingalas,
como el que sólo ya en el Cielo espera.
El alma que a menudo de ella ardiera,
abrió, por ir con ella, entrambas alas.
Mas la altura y las cargas en mí humanas
hicieron de que vista la perdiese,
y así el alma traigo siempre helada.
Altas, bellas, espléndidas ventanas,
por vosotras ¿quién pensara que pudiese
la que al hombre entristece hallar entrada?