Cancionero (Petrarca)/Si lo dije, sea de ella siempre odiado
Si lo dije, sea de ella siempre odiado,
por la que vivo y sin la cual muriera;
si lo dije; sufra la vida entera
y el alma esclava sea en vil cuidado;
si dije, contra mí el cielo sea armado
y sea en compañía
de Miedo y de Porfía,
y a la enemiga mía
más bella vea en más feroz estado.
Si lo dije, su dardo Amor dorado
aplique en mí; y el plomo en ella fiera;
si lo dije, hombre y dios, tierra y esfera,
me sea contrario, y de ella más cuitado;
si lo dije, quien con fuego abrasado
a la muerte me envía,
no sea como solía,
ni ya más dulce y pía
se muestre en cuanto hecho o cuanto hablado.
Si lo dije, de aquello que no quiera
tope llena esta agreste y breve vía;
si dije, el fiero ardor que me desvía
crezca en mí; cuanto en ella nieve fiera.
si lo dije, no vean mis ojos fuera
luna ni sol dorado,
dueña o doncella al lado,
sino mar encrespado
como aquel faraón tras Moisés viera.
Si dije entre suspiro en tal manera,
no goce más Piedad y Cortesía,
si dije, mude el habla que se oía
tan dulce cuando a ella me rindiera;
si dije, me aborrezca a quien quisiera
solo en celda encerrado,
del día en que he dejado
la teta al que apartado
sea del alma; y aun quiás lo hiciera.
Pero si no lo dije, quien abría
mi pecho a la esperanza en el pasado,
gobierne aún este bajel cansado
con el timón de su caricia pía;
no mude en otra, y, como ayer solía,
cuando perdido era,
y ya no más pudiera,
ni más perder debiera.
Mal hace quien tal fe al olvido envía.
Yo no lo dije, no, ni lo diría
por oro, por nobleza, o por estado.
Venza lo cierto, en el arzón sentado,
vencida caiga a tierra la falsía.
Tu sabes de mí, Amor; y, si ella espía,
di lo que dicho fuera.
Yo feliz le dijera,
y mil lo repitiera,
a aquel que muere, si penar debía.
Por Raquel he servido, y no por Lía;
con otra no supiera
vivir, ni me tuviera;
cuando, al cielo llamado,
con ella alzado sea al carro de Elía.