Cancionero (Petrarca)/No fue César o Jove tan dispuesto
No fue César o Jove tan dispuesto
aquel al hierro, y este al rayo airado,
que no hubiese Piedad su ira calmado
y el arma acostumbrada ambos depuesto.
Lloraba mi señora, y Amor esto
quiso hacérmelo visto y escuchado,
por verme de dolor y afán colmando
y hasta médula y hueso descompuesto.
Me pintó Amor su dulce cantinela,
y aun esculpió, pues sus acentos suaves
me engastó como diamante en la entretela,
donde con firmes e industriosas llaves
vuelve a menudo aún para que expela
lágrimas altas y suspiros graves.