Cancionero (Petrarca)/El oro y perlas y el floral tocado
El oro y perlas y el floral tocado
que el invierno marchita ahora y arruina
me son acerba y venenosa espina
que el pecho me desgarra y el costado.
Y, aunque ello baste a darme fin contado,
que dura rara vez pena dañina,
más culpo yo al espejo de mi ruina
que habéis con contemplaros vos cansado.
Él mi Señor silencia, según veo,
que por mí intercedía, y lo deshace
al ver que acaba en vos vuestro deseo.
Él, que de mí en vos olvido hace,
fue bañado en las aguas del Leteo,
donde el principio de mi muerte nace.