Cancionero (Petrarca)/Cualquier día parece ya mil años
Cualquier día parece ya mil años,
si voy tras de mi amada y dulce guía,
que me condujo ayer, y en mejor vía
hoy me conduce a claros desengaños;
y ya no pueden seducirme engaños
del mundo, que conozso su falsía;
tal luz mi corazón del Cielo cría
que llevo ya la cuenta de mis daños.
Y no temo amenazas de la muerte,
que el Rey de reyes padeció más pena,
por hacerme en seguirlo firme y fuerte;
y nuevamente hoy en toda vena
entró de aquella que me cupo en suerte,
sin que turbe su frente alta y serena.