Cancionero (Petrarca)/Amor con sus promesas halagando
Amor con sus promesas halagando
volvió a cargarme en la prisión su liga
y dio la llave a aquella mi enemiga
que aún de mí me sigue arrebatando.
Y no lo vi, ¡ay, triste!, si no cuando
fui en su poder; y hoy ya con gran fatiga
(¿quién lo creerá por más que jure y diga?)
vuelvo a la libertad de ayer llorando;
y aún llevo a cuestas mi cadena ardiente,
como afligido prisionero cierto,
y asoma el corazón a ojos y a frente.
Cuando hayas mi color ya descubierto,
dirás: «Si miro y juzgo rectamente,
este muy cerca anduvo de estar muerto».