Cancionero (Petrarca)/Alma que, presagiando ya tus daños
Alma que, presagiando ya tus daños,
en tiempo alegre triste y congojosa,
buscabas en su amada vista hermosa
reposo ante futuros aledaños;
en actos y palabras, gesto y paños,
viéndola con dolor nuevo piadosa,
pudiste bien decir, de ser curiosa,
«Aquí acabaron hoy mis dulces años».
¡Qué dulzura fue aquella en la que ardimos
alma finada, al admirar contigo
los ojos, que no ver más lloro y siento;
cuando fue a ellos, como a fiel amigo,
que, al partir, en custodia remitimos
lo más noble de pecho y pensamiento!