Cancionero (Petrarca)/Alma bendita, que en las noches frías
Alma bendita, que en las noches frías
vuélvesme a consolar frecuentemente
con luz, que ni aun la muerte ha hecho ausente,
pues más que humanas son sus luces pías.
¡cuánto agradezco que mis tristes días
tu dulce vista contentar intente!
Así comienzas a mostrar presente
tal tu belleza como ayer solías.
Allá, donde canté de ti por años,
hoy, como ves de ti lloro y suspiro;
mas, ay!, que no de ti, mas de mis daños.
Sólo tengo esta paz (¡dulces engaños!),
pues, cuando vuelves, reconozco y miro
tu andar, tu acento y voz, tu rostro y paños.