Cancionero (Petrarca)/Ánima bella, de aquel nudo suelta
Ánima bella, de aquel nudo suelta
que más bello no urdió Naturaleza,
contempla desde allá en cuanta aspereza
mi alegría de ayer lamento vuelta.
Ya la falsa opinión yace disuelta
que me hizo ver un tiempo en ti crudeza;
a oír mi llanto y ver mi rostro empieza,
segura ya de oír y en ver resuelta.
Mira el peñasco donde el Sorga nace,
y allá verás que, entre corriente y hierba,
hay quien de llanto y tu memoria pace.
Donde nació mi amor y se conserva
tu albergue, deja ya y me satisface,
por no ver cosa en ti que te fue acerba.