Buenos Aires desde setenta años atrás/Capítulo XXII

Primer establecimiento de Correos en Buenos Aires. -El correo de aquellos tiempos. -Don Melchor de Albin. -Transformaciones desde la Revolución de Mayo, su antigua residencia. -Don Manuel Rodríguez de la Vega. -Distribución de oficinas. -Mejoras introducidas por su director don Gervasio A. de Posadas. La actual Casa de Correos; pormenores sobre el edificio.

I

Vamos en este capítulo a ocuparnos ligeramente de nuestro Correo.

Por el año 1811, desempeñaba el cargo de administrador don Melchor de Albin, que en época del Gobierno colonial había ascendido a contador de la Administración de Correos, a consecuencia de la destitución de su antecesor, señor Tejada, ordenada por la Junta Gubernativa, y en 1814, el Supremo Director don Gervasio A. Posadas, le expidió el título con la denominación de administrador general de Correos de las Provincias Unidas del Río de la Plata.

En los años que han transcurrido la Revolución de Mayo, la Administración de Correos ha sufrido varias transformaciones. Fue nacionalizada en 1814, bajo la dirección de Albin; en 1826 volvió a serlo, bajo la Presidencia, al cargo del administrador señor don Juan Manuel de Luca, y en 1862, por decreto del 3 de octubre, con la denominación de «Dirección General de Correos de la República», según la ley del presupuesto, sirviendo para ello de plantel la Administración regida por don Gervasio A. de Posadas, hijo del Director Supremo.

II

La Dirección General de Correos y Administración del ramo, de la Provincia, permaneció por muchos años, y hasta hace muy pocos, en la hoy calle de Bolívar, número 115. Su constructor y dueño, don Manuel Rodríguez de la Vega, la adjudicó en su testamento a la Casa de Ejercicios; este mismo señor Rodríguez, fue fundador del Hospital de Mujeres, de la Casa de Expósitos y otras instituciones caritativas a que contribuyó con su peculio.

No se crea que era ésta una casa de Correos ad hoc; era simplemente una casa grande, elegida, sin duda, por esa sola circunstancia; a más, no era central en esos tiempos. Las diversas oficinas estaban distribuidas en las piezas que, ciertamente, no eran adecuadas para el objeto.

De que su servicio fue por muchos años malísimo, no cabe duda; ni método, ni orden, ni regularidad en sus funciones; pero sobre este punto no nos detendremos, siendo suficiente para comprenderlo, lo dicho en el capítulo X.

Mientras estuvo últimamente al frente de la Administración el señor Posadas, se hizo notable la introducción de innumerables mejoras debidas a la buena voluntad e inteligencia de este señor, que hacía loables esfuerzos por poner este útil e importante establecimiento, a la altura en que se encuentra en países más adelantados.

Las reformas que introdujo, fueron el fruto de su constancia en combatir la vieja rutina que por tantos años había prevalecido.

Habiendo hecho algunas ligeras observaciones sobre el Correo de aquellos tiempos, vamos a presentar el reverso de la medalla, ofreciendo algunos datos sobre la actual «Casa de Correos», no deteniéndonos cuanto pudiéramos, en detalles, por no ser nuestro propósito tratar preferentemente de lo que está a la vista de todos; sin embargo, haremos la excepción, que bien merece esta espléndida estructura, y por lo que puede importar en el extranjero.

Con este objeto, nos serviremos de la Memoria presentada por el director del Departamento de Ingenieros.

III

El edificio contiene 3.500 metros cúbicos de albañilería; 350 metros cuadrados de azotea y 120 metros cuadrados de bóvedas. La superficie, cubierta con pizarra, es de 1.500 metros cuadrados, con zinguería artísticamente trabajada, todo ejecutado en el país. Las piezas tienen, por lo menos cinco metros de luz.

Los pisos son: 950 metros cuadrados de baldosa de mosaico, 750 de piedra inglesa y 15.000 de pino de tea.

El terreno que ocupa el edificio, mide 50 metros de frente por 35 de fondo, lo que da 170 metros longitudinales de frente.

La altura media hasta la cornisa, es de 15 metros, y 19 hasta la cumbre del techo. La altura, hasta la cúpula, es de 23 metros.

Los muros, han sido construidos con buenos ladrillos de cal (del país), en mezcla de arena del río de la Plata, de la República Oriental, y cal viva de Córdoba: los revoques con cal viva de Córdoba, arena de la República Oriental y cimiento de Portland: los pisos bajos son de baldosa de mosaico de mármol, de fabricación nacional; los entrepisos, con tirantes de madera dura y bovedillas de acanto, tirantillos y tablas de pino de tea: los patios y veredas cubiertos con piedra inglesa.

Las puertas y ventanas exteriores y las persianas, son de cedro, las demás de pino, las primeras barnizadas y las otras pintadas.

Toda la casa, pintada interior y exteriormente al aceite, exceptuando las piezas bajas del costado Oeste, las bohardillas y los sótanos que lo han sido al temple.

El gran vestíbulo de entrada salón de pasos perdidos, galerías alta y baja, sala de la dirección y despacho del director, oficina pública del telégrafo, oficina de abonados y la casa particular para el director, pintados los cielos-rasos y los muros con esmero y buen gusto, lo que ha inducido a creer que el edificio ha sido construido con lujo, pero si se inspecciona detenidamente el edificio y se tiene en cuenta su costo, se verá que lo único que se ha hecho, es emplear bien el dinero.

Las oficinas para el servicio público, se encuentran en el piso bajo, y en la parte alta las que corresponden a la Administración, siendo su distribución la siguiente:

Entrando, a la izquierda, se encuentra el salón de abonados, con casillero para 2012, y en seguida, la oficina de distribución hasta la entrada para coches, que queda en el extremo Nordeste del edificio.

A la derecha de la entrada, queda la oficina del Telégrafo Nacional, y en seguida, en el frente de la calle Victoria, las oficinas de expedición para el exterior o interior de la República. La parte baja que queda al Este, o sea el fondo, está ocupada por la oficina de certificados, carteros, talleres, depósitos, letrinas y urinales.

El sótano, que se extiende desde la esquina Victoria y Balcarce, siguiendo todo el frente de la calle Victoria, hasta la mitad del que queda al Este, está dividido en: un salón para los mensajeros, una caballeriza para los caballos de servicio de éstos, y un depósito para útiles del telégrafo.

A los costados del gran salón de pasos perdidos, están las oficinas de listas, franqueo, cartas, etc.

Las oficinas de la Administración, ocupan la parte alta del edificio, exceptuando el ala de la izquierda, que es destinada para habitación del director, y tiene entrada particular, en el frente que da a la Casa de Gobierno.

El costo del edificio, sin incluir el valor del terreno, es de 160.000 pesos fuertes.