Nota: Se respeta la ortografía original de la época


Barcarola





«Y en un batel, que coronaran flores,
Siendo remos mis manos cariñosas,
El angel conducir de mis amores.»

SALAS Y QUIROGA.


La vida humana es un lago
En que el hombre es gondolero
Sin mas norte y derrotero
Que el que su hado le marcó:
El verde esquife que guia,
En borrascas ó en bonanza,
Es la ambicion, la esperanza
Que en su pecho germinó


¡Vedle vogar! Ved cual deja
Un rastro hirviente de espuma
Como una rizada plumá
Que de algun cisne cayó
Y son las horas que vive,
El tiempo que raudo vuela,
Esa fugaz, blanca estela
Que la quilla levantó.


¡Vedle vogar! Mas ya arroja
El tardo remo, y contento
Dá la blanca lona al viento
Porque desea volar.
¿Veis? Una ráfaga ruda
Hace su lino jirones....
El soplo es de sus pasiones
Que le impele á zozobrar.


Del lago de mi existencia,
La superficie tranquila,
Surcaba yo, mi Lucila,
Gondolero y trovador,
en el cristal de las aguas
Bella, pura y voluptuosa,
Ví vuestra imájen hermosa
Y sentí un mundo de amor.


Vos, de esas aguas ondina,
Vos, de ese lago sirena,
Al negro fondo de arena
Podeis mi esquife llevar;
O reclinada en su borda,
Y al vaiven del oleaje,
Hacer un cielo del viaje
De quien iba á naufragar.


Cuando la luna derrame
Su brillo pálido y vago,
Yo ahogaré el rumor del lago
Con barcarolas de amor;
Y al compás de mis canciones
Cortaré el agua tranquila,
Siendo así, de mi Lucila,
Gondolero y trovador.


Cuando las brisas nocturnas
Den impulso á nuestro leño,
y en brazos de un dulce sueño
Cerreis los luceros vos,
Yo, mi Lucila, hácia el Cielo
Alzaré los tristes ojos,
y diré puesto de hinojos:—
¡Dios nos proteja á los dos!