Asclepigenia de Juan Valera
Escena VI


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Dichos, MARINO.


MARINO.- Un respetable anciano pide permiso para entrar a hablarte. Se llama Crematurgo. Es el más rico capitalista del imperio. Ha hecho del modo más filantrópico la mayor parte de sus riquezas. Ha traficado en cierta clase de individuos, que ya dirigen en los alcázares los negocios más difíciles; ya sirven sin infundir recelos a los maridos celosos; ya cantan como serafines en las iglesias. Retirado ahora de esta fabricación y comercio, se dedica a prestar al gobierno y a los particulares al cincuenta por ciento al año. Con tales virtudes, excelencias y servicios, no debe chocarnos que haya merecido el favor de la emperatriz y de sus ministros, los cuales le colman de distinciones. Ya le han nombrado conde Palatino y se anuncia que van a crear para él el título singular y nuevo de Sebastocrator.


PROCLO.- ¿Y qué pretenderá de mí ese tunante? Vamos, dile que entre y le oiremos.


(Vase MARINO.)


EUMORFO.- Y yo ¿qué hago?


PROCLO.- Escóndete de nuevo donde estabas.


(Vase EUMORFO.)