Antonio y Cleopatra
Antonio y Cleopatra
Contemplan de la altura, los dos en la terraza,
A Egipto que adormece su cicio sofocante,
Y el Río, que entre el Delta, su linfa murmurante
Hacia Bubasta ó Saïs con pesadez rechaza.
Y siente Marco Antonio, debajo la coraza,
Cautivo héroe meciendo los sueños de un infante,
Cómo se oprime sobre su corazon triunfante
El cuerpo voluptuoso que en éxtasis abraza.
Su pálida cabeza de cabellos flexibles
Volviendo hacia el que embriagan perfumes invencibles,
Ella, su boca y claras pupilas altaneras
Tendió, y el Imperator, de su gentil tesoro
Ve en los rasgados ojos, que estrellan chispas de oro,
Toda una mar inmensa donde huyen las galeras.